El narcotráfico es un fenómeno de una movilidad extraordinaria en sus diferentes niveles donde se plasma la cadena de valor. Asistimos a unos cambios motivados en el gran auge de la demanda transcontinental. Las organizaciones, las rutas, los embarques, los facilitadores estatales aquí y allá varían sus estrategias y hoy se configura en Latinoamérica un mapa que seguramente durará unas décadas para luego volver a nuevas mutaciones históricas. ¿Qué hay de Colombia en estos nuevos escenarios en construcción? ¿Qué implicaciones tiene frente a las pretensiones de “paz total”?
El consumo mundial
La consolidación de los mercados internacionales de cocaína distintos a Estados Unidos (EU) está produciendo una serie de cambios en la geopolítica global a nivel de la producción, las rutas transnacionales, las organizaciones que garantizan el tránsito mundial, implicando a la vez una serie de afectaciones en las dinámicas internas de los países que se involucran hoy en el circuito de este psicoactivo. Latinoamérica se está implicando cada vez más en estos procesos no sólo como productor y transformador de la hoja de coca para producir cocaína o como punto de partida en las rutas internacionales, sino incluso como demandante importante del psicoactivo para el consumo, sobre todo en el Cono Sur. Centro y Suramérica, junto con el Caribe, participan del 24 por ciento de la demanda internacional. Mientras que EU conserva el tradicional y por décadas 30 por ciento de esa demanda, en Europa crece la demanda hasta alcanzar hoy un 24 por ciento y se desarrolla un auge de los mercados en Asia (10%), África (9%) Oceanía (3%) (1). Estos últimos mercados con precios muy altos, principalmente en los países de Oceanía, los pertenecientes al mundo islámico, pero también en aquellos que se incorporan al consumo mundial en Asia (Gráfico Nº1) .
Gráfico Nº 1. Distribución de los usuarios de cocaína a nivel mundial
Producción andina
Este auge, observado desde el fin de la primera década del presente siglo, se exacerba en el período posterior a la pandemia y está produciendo cambios en los países andinos que se reparten el suministro frente a esa demanda mundial. Proporcionalmente el país que más muestra un crecimiento de sus áreas de coca es Perú, si tomamos como referencia 2017 con 40.800 Has pasando a 84.400 Has en 2021, es decir un 87.5 por ciento de crecimiento, mientras Colombia registra un 12 por ciento en ese mismo lapso (Cuadro Nº1).
No obstante, el tema de las áreas de coca no es el determinante, como se sigue divulgando en Colombia y se esgrime desde Washington para valorar la eficacia de las políticas. Existen más elementos que juegan en los roles y cambios dentro del circuito ilegal. Los mismos EU han reconocido unas diferencias abismales en el potencial productivo de cocaína entre los países productores de la región andina.
El cálculo de EU sobre el potencial productivo de cocaína para Perú y Bolivia es el doble del que estima para Colombia. Washington establece productividades que superan los 10 kilos por Ha. al año para Perú y Bolivia mientras que para Colombia sólo precisa una productividad que oscila entre 4,15 y 5 kilos por hectárea.
En otras palabras, un crecimiento de las áreas de coca en Perú del 87.5 por ciento representa un aumento exponencial del potencial productivo de cocaína, alcanzando un incremento de la oferta que convierte a Colombia casi en un principiante. Mientras tanto, ¿qué sucede en Bolivia? En medio de su bajo perfil, con unas presentaciones políticas que le tapan la boca a las mediciones que hace el prohibicionismo, pues en el lapso reseñado pasó tan solo de 31.000 Has en 2017 a 39.700 en 2021, convirtiéndose en la llave maestra de la cocaína pues en su territorio se instalan los grandes beneficiarios del auge actual de la demanda que crece en Europa y otras partes del mundo.
Coca es también cocaína
Para un alto exfuncionario antidrogas peruano, en su país existen 65 estructuras que promueven la producción de la pasta básica de cocaína (PBC) que luego es llevada a Bolivia para su procesamiento en cocaína, calculando un promedio de 35 vuelos diarios con ese fin. Para el funcionario:
“Esto ocurre en el oriente boliviano, particularmente en Beni, Santa Cruz y Pando, que se ven sometidos a la presencia de estas organizaciones (criminales internacionales) para poder transitar la droga hacia su mercado final que es Brasil, Hidrobia del Paraná para ir Buenos Aires, a Montevideo y luego Europa”(2).
La cadena de valor y las organizaciones del crimen organizado
Dentro del estratégico papel que está cumpliendo Bolivia se menciona (aún sin mayores evidencias) la presencia del Primer Comando Capital –PCC– y el Comando Vermelho y su papel en el control de la ruta hacia Brasil; estructuras colombianas aún sin precisar y de las cuales tempranamente dio cuenta Insight Crime (3) y finalmente organizaciones mexicanas que también es necesario detallar en cuanto a su rol específico en esta zona de Suramérica.
Cuadro Nº 1. Distribución de los cultivos de coca (Has.) y el potencial de producción de cocaína (ton. met.) a nivel de la región andina 2017-2021 según cifras de la oficina de drogas de EU.
A su vez, en el informe mundial de drogas de Unodc 2022 se diferencian tres niveles de involucramiento de países latinoamericanos en relación con cocaína (4) .
Como evidencia de estos cambios, si bien las incautaciones de cocaína por parte de Europa representan un 15 por ciento del total a nivel mundial, al observarlas con detalle en cuanto a los puntos de embarque del psicoactivo (Gráfico Nº2).
Gráfico Nº2. Distribución de cocaína incautada por autoridades de aduana en Europa Occidental y Central de acuerdo con el origen de los envíos en 2021
Con esto resalta un escenario con nuevos protagonistas en el que, además de Brasil, en Latinoamérica ganan trascendencia, en el contexto del crimen organizado: Ecuador, Panamá, Paraguay, Argentina y Costa Rica.
Brasil preserva y amplía su papel como parte importante en la cadena de valor del narcotráfico, con la oferta de una multiplicidad de servicios que requiere la demanda de unos volúmenes importantes de cocaína para poder responder al auge de los mercados internacionales, tanto de Europa como África e incluso Asia. Un mapa de la Policía Federal ilustra estas tendencias (Mapa).
Mapa. Principales rutas de la cocaína que convergen en Brasil como paso hacia Europa y otros continentes
Nótese la centralidad de Bolivia en todo el circuito de valor como país suministrador y que recoge parte de la producción peruana, proceso que se desarrolla con participación de estructuras transnacionales. A modo de ejemplo y escogiendo dos de los relativamente nuevos escenarios de tránsito, tenemos que:
En el caso de Ecuador, los cambios en curso en la transnacionalización de la cadena de valor del narcotráfico involucran también a “la frontera colombo-ecuatoriana (la cual) modificó la condición histórica del Ecuador como país irrelevante en el tránsito y almacenamiento. De esa forma, se ha convertido en un país que ocupa un puesto privilegiado en la cadena de valor del narcotráfico, al incrementar exponencialmente su participación en la producción, el refinamiento, el almacenamiento y el transporte de drogas ilícitas” (5).
En Paraguay, un macro caso de investigación judicial sobre crimen organizado en ese país muestra las características de una red que “tenía un sofisticado sistema para transportar cocaína de Bolivia a Paraguay y luego a Argentina y Uruguay, desde donde se enviaba a Europa. La droga salía inicialmente de Bolivia en vuelos clandestinos, los cuales aterrizaban en pistas ubicadas en la reserva natural Cabrera-Timane en el norte de Paraguay. Luego era trasladada a fincas en el departamento de Presidente Hayes, y transportada en camiones hasta propiedades pertenecientes a la red en el departamento Central, donde era almacenada hasta el momento de su despacho” (6).
¿Y Colombia? ¿Qué está sucediendo con el narcotráfico, en un escenario de pretensiones de paz?
La fortaleza de toda la recomposición del circuito ilegal de la cocaína en Suramérica levanta serios interrogantes sobre Colombia y su economía ilegal de la coca:
1. Una de las características centrales del actual momento en sus zonas productoras es la depresión de los mercados de pasta básica de cocaína –PBC–, en algunos casos desde septiembre/octubre de 2022 a hoy. Las especulaciones crecen intentando explicar el fenómeno.
2. Podemos estar ante una coyuntura de crisis que sólo se explica, muy parcialmente, por cambios en el proceder de los actores de la conflictividad violenta y armada que en parte se financian con esta economía. Allí pueden considerarse:
– La decisión del Eln de establecer nuevos escenarios a partir de una toma de distancia frente a esa economía, creando una percepción de no involucramiento dadas las fuertes acusaciones por parte de Washington de ser parte de la cadena de la economía ilegal de la cocaína. Por ello buscarían evitar los recursos de ese origen para adquirir la PBC en territorios como el Catatumbo u otras zonas donde tiene alguna influencia. Esto es posible porque este grupo tiene alternativas en el control de recursos naturales, como el carbón y el petróleo, cuyo dominio durante décadas no ha significado una mejora en las condiciones de vida de las comunidades en los territorios bajo su influencia.
– La debilidad en el músculo financiero de las organizaciones que se reclaman como la continuidad del viejo fundamentalismo fariano (Estado Mayor Central) y de otro lado, como rebeldes frente a la implementación de los acuerdos de La Habana (Segunda Marquetalia/Comandos de Frontera). Esta es una fuerte diferencia frente a las antiguas Farc, que lograron crear líneas transnacionales con Brasil (por ejemplo, el negro Acacio controlando líneas de envío hasta Paraguay, para luego ser introducidas en Brasil mediante el llamado “pitufeo”) o llegar a acuerdos con grupos mexicanos los que, en el marco de los Acuerdos de Paz, quedaron a la deriva, obligando a hacer presencia en Colombia para establecer nuevos acuerdos, cosa que no han podido consolidar dado el desorden que hoy caracteriza a la conflictividad violenta, produciendo inestabilidad para las platas en efectivo requeridas para la compra de PBC en los territorios.
– Para el narcotráfico transnacional, que son los dueños de los dineros que se adelantan a las estructuras armadas prestadoras de la protección para la compra de la PBC, resulta incierto aún el escenario de “paz total” dado el relativo orden que se requiere para poder asegurar productividades garantizadas, volúmenes adecuados de producción para llevar a sus sitios de procesamiento, generalmente ubicados en zonas de frontera. Así mismo, necesitan una frecuencia de suministros de mercancía y, por encima de todo, la seguridad para los traslados.
– Este contexto, aunado a la reestructuración de todo el escenario regional de la producción cocalera para la cocaína, puede estar ofreciendo mejores condiciones para ajustar la geopolítica del narcotráfico. No obstante, hoy es posible observar una mayor solidez de aquellos escenarios de producción ligados a la frontera con Brasil y Ecuador. La crisis de recursos para mercados de PBC está normalizándose en este tipo de escenarios, para el caso de Caquetá, a diferencia de otras zonas donde la inestabilidad del ejercicio de la soberanía armada es evidente y con muchos errores en la configuración del poder de control social, más allá del ejercicio de la fuerza. Es probable que en la frontera con Ecuador aún no se haya logrado esa estabilidad dada la puja entre el EMC-Farc y los Comandos de Frontera. Sin embargo, Ecuador y sus puertos se perfilan como un nicho que puede consolidarse en el mediano plazo, salvo que algo extraordinario suceda. Este escenario crea una presión para estabilizar la frontera (a nivel de la funcionalidad de las economías criminales) o para profundizar la confrontación hasta que haya una hegemonía clara que permita un orden político criminal.
De lo anterior se desprenden múltiples elementos:
1. El desafío descomunal para la “Paz Total”, que aún no logra establecer con meridiana claridad cómo manejar el tema del narcotráfico en ese escenario de conversaciones de paz que se busca crear, observándose el predominio de un atajo legal que bebe de procesos de diálogo con personas judicializadas y detenidas y que son muy distintas de las hoy activas en los territorios y que son las que conocen realmente la dinámica actual del movimiento económico transnacional. El narcotráfico es un fenómeno impresionantemente cambiante. La perspectiva legal pretendida –aunque importante– no puede convertirse en el sustituto de una política que dé cuenta de las complejidades que debe enfrentar.
2. Los desafortunados abordajes, llevados a la sobre simplificación extrema, por parte de personas importantes en el manejo de la paz en Colombia son sorprendentes, más si se tiene en cuenta la trascendencia del tema en toda la estructura de la búsqueda de paz (7). Quiere decir que el actual gobierno aún carece de una apropiación rigurosa y meridianamente clara de lo que sucede realmente con este fenómeno complejo. El tiempo corre en contra de este vacío.
3. Las incertidumbres que se ciernen sobre el manejo certero, sostenible y diferencial de los cultivos de uso ilícito en los territorios deprimidos por el derrumbe de los mercados de PBC, es otra característica de la actual coyuntura. Se puede afirmar que pasados ocho meses aún no hay estrategia clara, o por lo menos una presentación contundente de la política, de cara al ámbito de la esfera pública (uno de los espacios más importantes donde se construye un país democrático) sobre el futuro de esos territorios. En síntesis: aún no se logra pasar de la retórica superficial a la contundencia de la política transformadora en esta materia.
1.UNODC Global Cocaine Report 2023 local dynamics global challenges, United Nations Publications, 2023.
2. Véase Exjefe antidroga de Perú: “En Perú hay 65 clanes de narcos que meten pasta base a Bolivia”, en El Deber, 16 de marzo de 2023, Lima.
3. Jeremy McDermott, “Bolivia: el nuevo epicentro del narcotráfico en Suramérica”, Insight Crime, 16 de octubre de 2014.
4. World Drug Report, 2022.
5. Renato Rivera-Rhon y Carlos Bravo-Grijalva “Crimen organizado y cadenas de valor: el ascenso estratégico del Ecuador en la economía del narcotráfico”, Revista Latinoamericana de Estudios de Seguridad Septiembre 2020 – No. 28.
6. Cat Rainsford y Sergio Saffones “Gigantesca operación antidrogas arroja luz sobre narcopolítica en Paraguay”, en Insight Crime /7 MAR 2022. https://es.insightcrime.org/noticias/gigantesca-operacion-antidrogas-arroja-luz-narcopolitica-paraguay/
7. Véase del caso del Senador Iván Cepeda que aún cree, luego de cerca de tres décadas de haber sido discutido y contrastado por la realidad, que las drogas sintéticas reemplazarán la cocaína. Véase El Espectador, “Necesitamos un gran acuerdo nacional”, marzo 23 de 2023. https://www.elespectador.com/colombia-20/analistas/ivan-cepeda-necesitamos-un-gran-acuerdo-nacional/
* Sociólogo. Investigador independiente en drogas y políticas antinarcóticos.