¿Qué puntos en común hay entre un activista de izquierda que va a España en 1936 para defender la república y un individuo que parte para combatir junto al Estado Islámico? En términos de objetivos, ninguno. Pero la observación de las etapas de su viaje revela algunas similitudes que iluminan los resortes de un compromiso. Y, en el caso de los djihadistas, los riesgos relacionados con su regreso.
De España a Siria. Sobre las huellas de los combatientes extranjeros
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