Gracias al apoyo de los bombarderos rusos, los asesores iraníes y los combatientes chiitas libaneses, el ejército sirio recuperó terreno antes del alto el fuego de febrero. El apoyo del Hezbollah a Bashar al Assad refuerza su legitimidad, pero la amenaza del sunnita Estado Islámico no permite eliminar el riesgo de una extensión del conflicto al Líbano.