Menos conocida que su hermana estadounidense, la lucha libre mexicana, con sus luchadores enmascarados, sus trajes y su iconografía variopinta, inspira y fascina mucho más allá de su país de origen. La popularidad de esta “comedia humana”, nacida a principios del siglo XX, caló hondo en la cultura, historia y vida política mexicanas, de las que revela aspectos inesperados.