El entusiasmo de los dirigentes por la “guerra” demuestra su desconocimiento de la realidad. Decidida en 2014, tras la toma de Mosul por el EI y en medio del repudio por las decapitaciones, la intervención occidental suma un quinto estrato a la superposición de conflictos que inflaman la región árabe-islámica.
Por qué es una guerra imposible de ganar. Una alianza plagada de fracturas
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