Los “Rostros del autoritarismo” contemporáneo son muchos y diversos. De esos múltiples rostros está hecho nuestro tiempo. La conversión de todo en espectáculo, la fuga del pensamiento crítico del escenario de la cultura, la insolidaridad hiper-egoísta, el desentendimiento de lo político, la evaporación de las ideologías de compromiso social y solidaridad humana, la liquidez de todo tipo de vínculo, incluido el amoroso y familiar, la banalidad, la velocidad de todo en la que nada está llamado a perdurar, la implosión que desjerarquiza el mundo y todo lo deja reducido a un mismo nivel de importancia, la saturación informática, el “show” omnipresente de la vida íntima como mercancía de consumo, en fin. En estos textos de Carlos Fajardo Fajardo, quedan sin piedad desnudados, debajo de su pellejo invisible, los que el autor denomina “rostros del autoritarismo” contemporáneo.