Tramposos banqueros

Tramposos banqueros

Los principales bancos internacionales, con la complicidad de otros actores del sistema financiero, han desarrollado un sistemático mecanismo de engaños que condujo a la actual crisis económica. Sin embargo, hoy ocupan los lugares de decisión clave para resolverla.

 

A aquellos ciudadanos que aún lo ignoraban, la crisis les está demostrando que los mercados financieros son los principales protagonistas del actual momento económico de Europa. Representan un cambio fundamental: el poder ha pasado de los políticos a los especuladores de la Bolsa y a una cohorte de tramposos banqueros.

 

Cada día, los mercados mueven sumas colosales. Por ejemplo, casi 7 billones de euros, sólo en deudas de los Estados de la eurozona, según el Banco Central Europeo (BCE). La decisión colectiva diaria de esos mercados puede ahora derrumbar gobiernos, dictar políticas y someter pueblos.

 

El drama, además, es que estos nuevos “amos del mundo” no sienten ninguna preocupación por el bien común. La solidaridad no es su problema. Menos aun la preservación del Estado de Bienestar. La única racionalidad que los motiva es la codicia. Especuladores y banqueros, movidos por la avidez, llegan a comportarse como mafias, con mentalidad de aves de rapiña. Y con una impunidad casi total.

 

Desde que, en 2008, estalló la crisis –en gran parte causada por ellos–, ninguna reforma seria ha conseguido reglamentar los mercados, ni poner en vereda a los banqueros. Y a pesar de todas las críticas formuladas contra la “irracionalidad del sistema”, el comportamiento de muchos actores financieros sigue siendo igual de cínico.

 

Las reglas de la impunidad

 

Es evidente que los bancos juegan un papel clave en el sistema económico. Y que sus actividades tradicionales –estimular el ahorro, dar crédito a las familias, financiar a las empresas, impulsar el comercio– son constructivas. Pero desde la generalización del modelo del “banco universal”, en los años 1980, que añadió toda clase de actividades especulativas y de inversión, los riesgos para los ahorristas se multiplicaron así como los fraudes, los engaños y los escándalos.

 

Recordemos, por ejemplo, uno de los más desvergonzados, protagonizado por el poderoso banco de negocios estadounidense Goldman Sachs que hoy domina el universo financiero. En 2001, ayudó a Grecia a maquillar sus cuentas para que Atenas cumpliese los requisitos y pudiese ingresar en el euro, la moneda única europea. Pero en menos de siete años, aquella trampa se descubrió y la realidad estalló como una bomba. Consecuencia : “Casi un continente sumido en la crisis de la deuda; un país, Grecia, expoliado y de rodillas; recesión, despidos masivos, pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores; reestructuraciones y sacrificios de los beneficios sociales; planes de ajuste y miseria” (1).

 

¿Qué sanciones recibieron los autores de tan nefasto engaño? Mario Draghi, ex vicepresidente de Goldman Sachs para Europa, al corriente por tanto de la falsificación, fue nombrado presidente del Banco Central Europeo… Y Goldman Sachs cobró por el maquillaje de las cuentas 600 millones de euros… confirmando así un principio: en materia de grandes estafas organizadas por los bancos, la impunidad es la regla.

 

Lo pueden confirmar los miles de ahorristas españoles que compraron acciones de Bankia el día en que esta entidad salió a la Bolsa. Se sabía que no tenía ninguna credibilidad y que el valor de su acción, según las agencias de calificación, ya estaba a un paso del bono basura…

 

Los ahorristas confiaron en Rodrigo Rato, presidente entonces de Bankia y ex director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), quien no dudó en afirmar el 2 de mayo de 2012 (cinco días antes de dimitir ante la presión de los mercados y poco antes de que el Estado español tuviese que inyectar en la entidad 23.500 millones de euros para evitar su quiebra): “Estamos en una situación de mucha robustez desde el punto de vista de solvencia y también desde el punto de vista de liquidez” (2).

 

Cierto es que, menos de un año antes, en julio de 2011, Bankia había superado aparentemente las “pruebas de resistencia” realizadas por la European Banking Authority (EBA) a las 91 mayores entidades financieras de Europa. Frente a un mínimo exigido del 5% en una situación de máximo estrés, Bankia había obtenido un Core Tier I Capital (capital de máxima resistencia) del 5,4% (3). Lo cual da una idea de la incompetencia e ineptitud de la EBA, organismo europeo encargado de garantizar la solidez de nuestros bancos…

 

Otras personas que pueden dar testimonio de la desfachatez de los banqueros son las víctimas, en España, del “escándalo de las participaciones preferentes”. Un fraude que afecta a más de 700.000 personas que han perdido sus ahorros. Se les hizo creer que adquirían algo parecido a un depósito a plazo fijo… Pero las participaciones preferentes son un tipo de producto financiero que no está cubierto por el fondo de garantía de los bancos. Estos no están obligados –si no poseen liquidez– a devolver el capital inicial, ni los intereses generados.

 

Este truco también ha revelado que los ahorristas españoles víctimas de engaños bancarios no pueden contar con la protección de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) (4). Ni, obviamente, con la del Gobierno, que sigue ayudando masivamente a la banca mientras su política de recortes y austeridad castiga en forma permanente a la ciudadanía. Para ayudar al sistema bancario español, Mariano Rajoy solicitó a la Unión Europea un crédito de hasta 100.000 millones de euros. Entretanto, los bancos españoles siguen favoreciendo la huida intensiva de capitales… Se estima que, hasta septiembre pasado, 220.000 millones de euros se habían fugado oficialmente de España (5). Una suma más de dos veces superior al crédito solicitado a Europa para salvar el sistema bancario español…

 

Pero no terminan aquí los escándalos. Podríamos recordar que, estos últimos meses, los fraudes bancarios no han cesado. El banco HSBC fue acusado de blanquear el dinero de la droga y de los narcotraficantes mexicanos. JP Morgan se lanzó a especulaciones desmedidas asumiendo inauditos riesgos que le acarrearon pérdidas de 7.500 millones de euros, arruinando a decenas de clientes. Igual le sucedió a Knight Capital, que perdió más de 323 millones de euros en una sola noche a causa de un error de un programa informático de especulación automática por computadora…

 

La gran estafa

 

Pero el escándalo que más está irritando, a escala mundial, es el de la tasa Libor. ¿De qué se trata? La Asociación de Banqueros Británicos propone cada día una tasa interbancaria llamada “London interbank offered rate” o Libor, por su sigla en inglés. El cálculo de esa tasa lo realiza la agencia Reuters, la cual diariamente pregunta a dieciséis grandes bancos a qué tasa de interés están obteniendo créditos, y establece una media. Como es la tasa a la que se prestan dinero entre sí los principales bancos, la Libor se convierte en una referencia fundamental de todo el sistema financiero mundial. En particular, sirve para determinar, por ejemplo, las tasas de las hipotecas de las familias. En la zona euro, el equivalente de la Libor se llama Euribor y se calcula sobre la base de la actividad de unos sesenta grandes bancos. En el mundo, la Libor influye sobre unos 350 billones de euros de créditos… Cualquier variación –por mínima que sea– de esa tasa puede tener una incidencia colosal.

 

¿En qué consistió el fraude? Varios bancos (de los que sirven de referencia para establecer la Libor) se pusieron de acuerdo y decidieron mentir sobre sus tasas, manipulando de ese modo la Libor y todos los contratos derivados, o sea los créditos a los hogares y a las empresas. Y eso durante años.

 

Las investigaciones han demostrado que una decena de grandes bancos internacionales –Barclays, Citigroup, JP Morgan Chase, Bank of America, Deutsche Bank, HSBC, Crédit Suisse, UBS (Union des Banques Suisses), Société Générale, Crédit Agricole, Royal Bank of Scotland– se organizaron para manipular la Libor.

 

Este enorme escándalo demuestra que la delincuencia se halla en el corazón mismo de la finanza internacional. Y que, probablemente, millones de familias pagaron sus hipotecas a unas tasas indebidas. Muchas tuvieron que renunciar a sus viviendas. Otras fueron expulsadas de ellas por no poder pagar unos créditos artificialmente manipulados… Una vez más, las autoridades encargadas de velar por el buen funcionamiento de los mercados hicieron la vista gorda. Nadie ha sido sancionado, salvo cuatro compinches (6). Todos los bancos implicados siguen haciendo negocios.

 

¿Hasta cuándo las democracias podrán soportar esa impunidad ? En 1932, en Estados Unidos, Ferdinand Pecora, un hijo de inmigrantes italianos que llegó a ser fiscal de Nueva York, fue nombrado por el presidente Herbert Hoover para investigar la responsabilidad de los bancos en las causas de la crisis de 1929. Su informe fue abrumador. Propuso el término de “banksters” para calificar a los “banqueros gánsteres”. Sobre la base de ese informe, el presidente Franklin D. Roosevelt decidió proteger a los ciudadanos de los riesgos de la especulación. Sancionó a toda la banca imponiéndole la “Glass-Steagall Act”, que estableció (hasta 1999) una incompatibilidad entre dos tipos de actividades : los bancos de depósitos y los bancos de inversión. ¿Qué gobierno europeo tomará ya una decisión semejante?

 

1 Eduardo Febbro, “El gran truco que usó Goldman Sachs con Grecia”, Página/12, Buenos Aires, 13-3-12.

2 El País, Madrid, 2-5-12.

3 En base a ese deplorable informe, algunos “analistas” afirmaban hace apenas quince meses que el sistema bancario español figuraba entre “los más sólidos del mundo”… He aquí, por ejemplo, lo que escribía un diario: “De hecho, los grandes bancos españoles superan holgadamente los requisitos de capital exigidos para resistir un hipotético deterioro extremo de la economía durante los próximos dos años”, El País, Madrid, 15-7-11.

4 Varias asociaciones han puesto a disposición de las víctimas su gabinete jurídico. Consúltese, por ejemplo: Asociación de Usuarios de Bancos, Seguros y Cajas de Ahorro (ADICAE), adicae.net, y Unión de Consumidores de España, www.uniondeconsumidores.info

5 Cinco días, Madrid, 21-10-12.

6 El banco Barclays fue condenado a una multa de 365 millones de euros. Despidió a su presidente, Marcus Agius. Su consejero delegado, Bob Diamond, uno de los responsables de la manipulación de la Libor, dimitió a cambio de una indemnización de unos 2,5 millones de euros.

*Director de Le Monde diplomatique, edición española.

© Le Monde diplomatique, edición española

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