La necesidad de restablecer un horizonte de expectativas
La creencia en un futuro maravilloso, de perfeccionamiento incesante, que surgió en el siglo XVIII con la expansión de la ciencia y el auge de las ideas iluministas, comenzó a naufragar ante las grandes tragedias del siglo XX. Pero es esencial reconstruir una idea del porvenir para movilizar las acciones del presente.