Entre 1932 y 1934, las grandes potencias organizaron en Ginebra una conferencia mundial por el desarme para prevenir una conflagración generalizada. Sobrevino la tragedia. Cien años después, impulsadas por la guerra en Ucrania y las tensiones geopolíticas en Asia y Medio Oriente, las ventas de armas baten todos los récords.
Ucrania, Gaza, los Balcanes, el Mar Rojo, el Pacífico… el rugido de las armas está en boga. El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri) señala que el gasto militar mundial, en alza en 2022 por octavo año consecutivo, nunca había sido tan significativo en los últimos treinta años y el fin de la Guerra Fría: 2,055 billones de euros, es decir el 2,2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial. El general Pierre Schill, jefe del Estado Mayor del Ejército francés, alerta sobre “el estruendoso regreso de las grandes guerras, que nuevamente se han convertido en el modo preferido para resolver disputas” (1) y “que ponen en marcha un desencadenamiento de violencia paroxístico, en donde los cerrojos morales y jurídicos se hacen añicos bajo los violentos golpes de la barbarie desenfrenada, cuando los creíamos relegados a los libros de historia”
Suscríbase

https://libreria.desdeabajo.info/index.php?route=product/product&product_id=180&search=suscri