Cuatro años después del grito de “¡Libertad!” que resonó en las calles cubanas durante las manifestaciones de julio de 2021, la isla caribeña se desangra entre el éxodo masivo y la resistencia. Tras las protestas, una oposición fragmentada se ve alentada por la desesperación local y por los dólares que llegan de Miami.
Día 11 de julio de 2021. Mientras en toda América Latina continuaban las medidas de distanciamiento social y confinamiento como respuesta a la pandemia de Covid 19 (1), en Cuba la situación era completamente distinta. Grandes multitudes se concentraban en La Habana y en el resto de la isla caribeña. Al grito de “¡Libertad!” y entonando “¡El pueblo unido jamás será vencido!” –una consigna muy popular en las manifestaciones– muchos cubanos expresaban su angustia ante el colapso económico. Ese mismo día y a lo largo de las semanas siguientes, arrestaron a más de mil personas y cientos de ellas fueron condenadas a duras penas de prisión.
