El filósofo francés Gilles Deleuze decía acertadamente que: “La historia de la filosofía ejerce, en el seno de la filosofía, una evidente función represiva”. En efecto, la historia de la filosofía ha sido, también, selectiva. En ella se han incluido los pensadores que hoy consideramos clásicos, es decir, aquellos que han sobrevivido al tiempo, que nunca se han ido, y que siguen determinando aún hoy el quehacer filosófico mismo, pues sus ideas han trascendido las inquietudes inmediatas del momento en que fueron pensadas y escritas.
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