Si el Pacto Histórico, hoy en el poder, no tiene la fuerza para destrabar el funcionamiento de su motor, corresponderá a la soberanía de la multitud encontrar el camino, en su incólume sabiduría para quebrar el injusto modelo social, económico y político.
Narcotráfico y terrorismos
Treinta años intentando detener el cambio climático
Precedente judicial o sometimiento
La seguridad ciudadana
Amenaza socialista en la capital del capital
Thatcherismo laborista
La “bala de plata” contra los mercados
Esperando a Indonesia
La memoria está de moda
Por qué la sociedad israelí apoya un genocidio
Cómo ser judíos después de Gaza
La demografía, madre de todas las batallas
Las piedras no abandonan al valle
Del multilateralismo al brutalismo internacional
Las raíces panamericanas del multilateralismo
Cuantificar la voracidad digital
De espaldas al mundo a bordo de un crucero
Ritmos de Cuba
Los culpables y sus cómplices
Etiqueta: sociedad
Entre el diálogo y la negociación
El dos de agosto se dio inicio a una importante fase del proceso con dos componentes significativos: el acuerdo bilateral, temporal y nacional de cese al fuego y el arranque del ejercicio de participación popular. Entre tanto se sigue poniendo en duda la validez de una negociación, a partir del enfoque de Paz Total y argumentando violaciones del Derecho Internacional Humanitario.
La “colombianización” del DIH
Aludir al Derecho Internacional Humanitario (DIH) ha terminado por convertirse en lugar común en Colombia, y la mayoría de quienes acuden a él olvidan que el mismo regula la guerra pero no la prohíbe, como también dejan a un lado que es una norma escrita que no puede ser interpretada a la voluntad de cada quien, precisamente proceder recurrente en Colombia. Aquí algunas luces sobre el particular.
Crítica teológica de la economía política desde América Latina
Por motivo de su figura corporal e intelectual, tal vez Franz Joseph Hinkelammert (12 de enero de 1931, Emsdetten, Alemania–16 de julio de 2023, San José de Costa Rica) con el correr del tiempo sea evocado como una especie de Gandalf del pensamiento crítico latinoamericano.
Para que las aves canten de nuevo
Un año después de la presentación del Informe Final de la Comisión de la Verdad, titulado Hay futuro si hay verdad, y de estar disponible en la plataforma digital de la Comisión, aparece la versión impresa en once tomos y veinticuatro volúmenes. Es un esfuerzo editorial que marca otro hito en la labor emprendida hace cinco años cuando, por mandato del Acuerdo de Paz entre el Estado y las Farc-ep, se convocó la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición.
En el ojo del huracán
En este artículo, Baltasar Garzón recuerda la gesta judicial que él encabezó en España hasta lograr que Scotland Yard arrestara al dictador chileno Augusto Pinochet en una clínica en Londres. Fue un triunfo del principio de Jurisdicción Universal en las causas por los Derechos Humanos.
Las realizaciones de la Unidad Popular
Las transformaciones puestas en marcha por el Gobierno de la Unidad Popular son sin duda las más profundas e intensas que registra la historia de América Latina a lo largo del siglo XX. Profundas, porque buscaban instaurar un socialismo democrático utilizando la legalidad vigente –la “Vía chilena”–, e intensas porque acontecen en el corto período de algo menos de mil días. Sin embargo, la magnitud de esta obra ha sido eclipsada por la brutalidad del golpe y los horrores que siguieron. Es momento de sacarla a la luz.
La revolución chilena en el campo
En 50 años, entre 1920 y 1970, se produjo un proceso de urbanización acelerada en Chile. La población rural, con 2 millones de personas representaba el 54 por ciento de la población total en 1920. Mientras con 2,8 millones, casi un 50 por ciento más, sólo representaba el 29 por ciento en 1970. La urbana en cambio aumenta de 1,8 a 6,8 millones. Los cambios se sucedieron rápido.
Recuerdos de Chile
Costa Gavras conversó con la edición chilena de Le Monde diplomatique sobre sus viajes a Chile en tiempos de Allende y les cedió tres fotos suyas, inéditas. Testimonio de un ojo y una conciencia aguda y crítica.
Allende
Vivió como un epicúreo; se dio la muerte como un estoico, el cañón del arma apuntando a su boca. Ese 11 de septiembre de 1973, el buen vividor Allende tuvo un final a la romana. No estaba previsto que entrara en la leyenda y permaneciera en las memorias. Había dos hombres en él y, desde fuera, hasta ese entonces, yo mismo al igual que los demás, sólo habíamos visto el primero: un radical-socialista de buen humor, confiado en la muñeca**, aficionado al pisco, a la buena comida, a las bromas y a las mujeres hermosas. Porque Allende tenía sentido del humor, cosa rara en la izquierda, donde la seriedad es tradición, y no posaba como el héroe que sería un día. No llevaba ni barba ni boina, el compañero Presidente. Unos gruesos lentes de carey, un bigotito bonachón, la voz burlona y cálida, simpático, fraternal e incluso masón –como Pinochet, de hecho–. Tenía todo lo necesario, diría yo, para alejar las sombras fatídicas; y para engañar a su mundo.











