La derecha es una enfermedad mental

Una mirada sintética a los procesos del mundo y del país pone de manifiestas dos cosas: de un lado, hay un creciente movimiento de derechización en toda la línea de la palabra; de otra parte, al mismo tiempo, los movimientos sociales y políticos progresistas no solamente resisten las andanadas de la derecha, sino que siembran activamente un mundo nuevo. La derecha es una enfermedad mental. Contra ella, se eleva la vida y la salud.

Asistimos a una oleada de acciones y decisiones desenfrenadas cargadas de mucha mentira, demasiada indolencia, insensibilidad total, intereses propios indudables, y cinismo descarado. Los grandes tomadores de decisión (horribile dictu) se encuentran periódicamente, se consultan unos a otros, se observan y se apoyan a toda costa. Mientras tanto el costo real de la maña política es el sufrimiento humano. Este es el pensamiento de la derecha.


Una mirada rápida a los procesos del mundo


Los colores que destellan desde hace años, y ahora con más evidencia, no son los claros. No es casual: del sistema internacional compuesto por ciento noventa y cinco países, hay guerras actualmente en ciento diez. Guerras y conflictos armados. Grosso modo, hay cuarenta y cinco conflictos en el extenso Medio Oriente y en el norte de África. Más de treinta y cinco, en África. En Asia, son veintiún conflictos armados. En Europa se viven siete guerras y conflictos. En América Latina, hay seis conflictos (1).


Las consecuencias sociales y medioambientales de las guerras a corto, mediano y largo plazo son sencillamente imprevisibles. Pero hay mucho dolor y sufrimiento en ellas, pero también hay una muy fuerte contaminación, polución y destrucción de la naturaleza. Sin embargo, las guerras y conflictos armados son sólo la fase más crítica de profundas crisis de orden económico y político, con serias consecuencias en la salud mental de la población en cada región y país.


Las víctimas de la violencia en general han dado lugar, de un tiempo para acá, a un nuevo campo de la psicología llamada psicología de emergencias y desastres, un campo que en América Latina es altamente escaso o, incluso, inexistente. Las secuelas de la violencia en cualquier de sus formas pueden marcar una vida entera. Incluso pueden ser transmitidas entre generaciones, algo que ha sido estudiado por la epigenética, una novedosa disciplina de corte interdisciplinario, pero con sus raíces en la biología y las ciencias de la salud.


Quienes toman las decisiones de toda clase guerras y violencias son manifiestamente sociópatas, pues sólo piensan en términos de costo-beneficio, pérdidas y ganancias. Ellos saben que siempre hay “víctimas casuales”, pero para esta clase de gentes se trata simplemente de datos estadísticos, necesarios incluso de cara a ganancias mayores. Sin embargo, el problema de base no estriba en las decisiones que implican despidos, violencia familiar o social desarreglos mentales, o incluso muertes. El problema de base consiste en que, en realidad, la sociopatía es contagiosa (2), posible de heredar y transmitir de una generación a la siguiente (3). La psicopatía es la identificación del problema a escala individual de lo que social o colectivamente es conocido como la sociopatía. Sin embargo, las fronteras entre una y otra son prácticamente inexistentes. Todo daño individual siempre se traduce en una afectación social.


Mientras la psicopatía es un problema de salud que es altamente contagioso, los medios de comunicación masivos llevan a cabo tres estrategias básicas, necesarias de relacionar:

a. Desconexión total de los acontecimientos y la información entre regiones, continentes y países, y en cada país, incluso, entre lo que sucede en un lugar a diferencia de otro. Esto es, total fragmentación de la información y su ocultamiento parcial o total. Esta desconexión espacial también es de tipo temporal. Se aíslan por completo –por vía de omisión– lecturas de tipo histórico. Los grandes medios de comunicación son esencialmente presentistas;
b. Generación de mucha mentira –eso que eufemísticamente denominan “infodemia”.
En la mayoría de los casos, los grandes medios de comunicación oficiales y dominantes fabrican la mentira o la reciben ya diseñada para sencillamente transmitirla. No hay ninguna contradicción entre ambas opciones. Hay que recordar que las noticias son: editadas, producidas, post-producidas y que adicionalmente existen –implícitas, por lo menos– censura y autocensura. Aun así la gente considera que lo transmitido por esos medios de comunicación es real y verdadero;
c. Siguiendo la usanza de eso que puede ser denominado après la lettre como el fascismo romano, se produce mucho circo y pan. La industria de la cultura y el entretenimiento, lato sensu, se convierte en el plato principal de los noticieros y otros programas semejantes: deportes, modas, farándula, mucho chisme, y demás. Se produce una sutil mezcla de amarillismo, banalización y estadística del mundo y de la realidad.

A través de estos tres mecanismos se manipula la sensibilidad social y se conduce a la sociedad a un espectador creciente pero sutilmente insensible frente a las tragedias humanas. En realidad, los principales gobiernos del mundo se asientan por completo en el dominio de la opinión pública. Esto es lo que se ha dado en llamar como “estado de opinión”, un término apreciado por la derecha de todos los países, y que consiste en el manejo y la manipulación de las creencias humanas en gran escala. Hay que recordar que los regímenes y sistemas violentos y de derecha siempre han exaltado el papel del sentido común, pues éste es especialmente acrítico. Una vez más: hay que revisar continuamente, por ejemplo, los once mandamientos de Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler.


Es un momento, este que vive la humanidad, que pone de manifiesto una cosa: los propios medios de comunicación masivos –particularmente privados–, forman parte de la industria de la cultura y el entretenimiento, mucho más que del aparato de comunicaciones. En otras palabras, se trata de mucha información combinada con publicidad y propaganda; en ocasiones abierta y desenfrenada, y en ocasiones velada y subliminal.


Es tal el estado de derechización del mundo, que la editorial Routledge, del grupo Taylor & Francis, en Londres, creó una serie de libros dedicados al estudio del fascismo y el pensamiento de la extrema derecha, con una colección que a la fecha comprende ciento diecinueve títulos. Intelectual, social política e históricamente hablando, se trata de un hecho altamente sintomático. El auge de la derecha no es por tanto casual, se trata, sin duda, de un proceso altamente orquestado y continuamente refinado multiescalar; esto es, de los niveles micro a meso y de meso a macro, con claros bucles de retroalimentación. El fascismo fue y gana actualidad como movimiento y fuerza de nasas, esto es, con amplio apoyo popular.


Así las cosas, ¿es casual que de Argentina a Estados Unidos hayan políticas críticas hacia la educación y hacia la ciencia y la tecnología? Numerosos ejemplos podrían mencionarse en el mapa mundial. La respuesta es evidente.


La cosa política en la mayoría de los países occidentales


Nunca, desde los gobiernos del Hitler y Mussolini se había visto un panorama de países dirigidos por la extrema derecha con evidentes políticas nazi y fascistas como actualmente; en Latinoamérica y Norteamérica, en Europa y en Oriente Medio, así como en varios países de África, sin dejar de lado varios países del sureste asiático. Se requiere de coraje para nombrar a las cosas por su nombre; es, por ejemplo, lo que se observa en el gobierno de Irán, en el de Colombia con el liderazgo de Gustavo Petro, o con Lula en Brasil, para no mencionar el muy bien elaborado y valioso documento de la ONU producido por Francesca Albanese, por ejemplo; véase, notablemente, “De la economía de la ocupación a la economía del genocidio” (6), que ilustra y desarrolla perfectamente las reflexiones de este trabajo.


Al mismo tiempo, en numerosos países, las fuerzas de extrema derecha se preparan para elecciones futuras en el curso de los dos próximos años, en un ambiente abierta y crecientemente hostil hacia la paz, apuntando como pretextos o causas reales a Rusia y a China, principalmente. Todos los actores de la derecha se observan unos a otros y todos se apoyan de manera decidida.


En la escala macro, todo se decanta en torno al genocidio de Gaza, la guerra en Ucrania, y las políticas arancelarias y de corte financiero, en abierto y marcado contraste con los países del grupo Brics, el ascenso de China como primera potencia mundial en numerosas áreas, y la sospecha generalizada acerca de la totalidad de los organismos multilaterales que nacieron con e inmediatamente después de la segunda guerra Mundial: la ONU, el FMI, la OMC, la FAO, la OMS, y tantos más. Pero en la escala nacional, se traduce en discursos incendiarios carentes de datos, pero que encuentran resonancia a través de los más grandes medios de comunicación.


Este no es un fenómeno menor. La derecha se funda en retórica antes que, en hechos científicos, comprobables. La retórica no exige ningún esfuerzo intelectual por parte de amplias capas de la sociedad.


El panorama anterior no es sin embargo unánime. Al mismo tiempo existen fuerzas movimientos políticas y gobiernos progresistas en numerosos países. Con inolvidables excepciones, en pocos periodos de la historia humana existió una conciencia alerta tan lúcida como hoy, gracias a muchos medios de comunicación y editoriales independientes, y formas de educación alternativas. Internet no pertenece a nadie, a pesar de los esfuerzos por controlar a la red; aquí y allá. Existen claros motivos de optimismo, lo que sucede es que estas dinámicas no aparecen en los grandes titulares de la televisión, la radio o las redes sociales principales. Por el contrario, el mundo es gestionado como un enorme sistema de desasosiego y fatalismo. Las voces apocalípticas y distópicas de la extrema derecha tienen un guion perfectamente elaborado y monolítico (7).


El ascenso y crecimiento de los Brics es un hecho evidente. El ascenso de la China es inocultable, incluso en la escala cotidiana. Los razonamientos y evidencias de Rusia ante los argumentos de la Otan se soportan en datos históricos. En fin, el hartazgo de varios países africanos con respecto a Europa Occidental es inocultable; por ejemplo.


Esto en el plano de los Estados. Pero más allá de ellos, y contra ellos o a pesar de ellos, brillan por el mundo estrellas surgidas desde la imaginación, el esfuerzo, la coordinación y la persistencia de cientos de miles de personas que desde sus territorios de existencia exploran y construyen otros mundos, más allá del capitalismo, y en contra del capitalismo. Sus dinámicas son autogestionarias, autónomas, y con ellas van emergiendo otras formas de ser, relacionarse, existir; otros valores, con el predominio de la ética de la vida, superando el designio de la muerte que traen los detentadores del poder a ultranza.
La dificultad en términos de información y conocimiento es que las dinámicas críticas y alternativas no aparecen en los grandes titulares. Sin embargo, los jóvenes, principalmente, nativos digitales, creen cada vez menos alrededor en la información estandarizante y normalizadora y acceden a otras fuentes informativas.


En cualquier caso, digámoslo de manera clara y directa. El problema con los psicópatas y sociópatas que dominan el mundo y que han configurado el panorama y la actual agenda internacional, es que vuelven igualmente psicópatas a sus allegados, equipos y a espectros grandes de la sociedad, justamente con su sarta de mentiras, en algún caso con su encanto social, con su verborrea. Algún áulico –hoy excongresista– calificó al expresidente del “corazón grande” como de “inteligencia superior”. Lo dicho: la psicopatía es contagiosa, y trabaja muy hábilmente con la superficie.


Hay que ser claros: alguien psicópata o sociópata puede ser altamente inteligente, agradable, con un claro impacto social y encantador para la base de la sociedad. En ello estriba, de entrada, su peligrosidad. También Colombia tuvo un largo gobierno de este tipo y una influencia en todos los planos por cerca de un cuarto de siglo.

Crisis sistémicas y sistemáticas

Las cosas deben ser vistas en visión amplia y larga y de manera más sutil, no simple y llanamente a la inmediatez. El fascismo y el nazismo fueron derrotados militarmente. Pero, al cabo, terminaron triunfantes culturalmente (8); de un lado. Es lo que estamos presenciando en el Norte Global. De otra parte, por sorprendente que parezca, la caída del muro de Berlín representó el verdadero colapso del Estado de bienestar, mucho antes de las crisis económicas, financieras e hipotecarias de los años 1997, 2003, 2013, por ejemplo.


En efecto, el racismo y la xenofobia, el nacionalismo (exacerbado) y las crisis culturales ponen en evidencia el colapso de un sistema que se hizo inviable. Al respecto, los diagnósticos son sólidos y profusos; desde varias Encíclicas del Vaticano hasta numerosos informes del Foro Mundial de Davos, por ejemplo. Así, cuando los estamentos hablan de sostenibilidad –por ejemplo, los Objetivos del Desarrollo Sostenible y las metas del Milenio, todo hace referencia a su sostenibilidad. Para Tirios y Troyanos el más reciente gobierno de Trump representa manifiestamente la crisis del Consenso de Washington y, por tanto, del neoliberalismo. Sin embargo, la verdad es que todo hace referencia en realidad a una profunda crisis del capitalismo (9). Asistimos a los últimos, pero eso mismo a los más terribles estertores del fracaso de un modelo de mundo.


Las crisis en curso tienen un carácter sistémico. Esto quiere decir que su manifestación en un plano se corresponde con otra en un contexto diferente; una crisis en una región se corresponde con una crisis en otro sector social o económico o político en otros lugares. El carácter sistémico del mundo actual pone en evidencia el entrelazamiento de planos, contextos, líneas, gobiernos. La política es hoy por hoy geopolítica, lo que quiere decir que las grandes decisiones se toman en otras geografías y momentos, más allá de la escala local o nacional, incluso continental. En esto consiste la complejidad del mundo actual.


Sin embargo, precisamente por lo anterior, las cosas no deben ser vistas sencillamente como causalidad y contigüidad. Las cosas en el mundo y en la naturaleza suceden a través de inferencias indirectas e incluso por medio de inferencias por incertidumbre (10), y no en términos de lo que los sistemas educativos y de publicidad y propaganda quieren hacer creer. Si decir que nada es lo que parece, pudiera dar la impresión de un enunciado trivial, la verdad es que la idea encuentra sus raíces en lo mejor de la física, las matemáticas y las ciencias de la complejidad, contemporáneas.


Todo va mucho más allá de los aparente. Ningún jugador de póker exhibe ni de entrada ni en el curso del juego todas sus cartas. Y siempre finge, sin importar las cartas que tenga. Vale recordar, significativamente, que el póker fue inventado en Estados Unidos en el siglo XIX, y que todos los estamentos, poderes y corporaciones se refieren a este juego literal o metafóricamente. En el escenario internacional en sentido amplio, Europa no es nada más ni nada menos que una colonia económica y cultural de los Estados Unidos; un jugador de la banca en el mejor de los escenarios.


Manifiestamente, el mundo está cambiando, de suerte que las políticas, gestos y comunicaciones propios de la derecha son en realidad reacciones a los procesos en curso. Un mundo nuevo está naciendo ante nuestros ojos. Sólo que hay que verlo en una muy amplia dimensión histórica, no simplemente como un asunto de años, lustros y ni siquiera de décadas.


Frente a todas las apariencias, la ola derechista en el mundo y en el país, es sencillamente el hecho de que ellos están reaccionando. Han perdido la iniciativa en el juego de la política y la economía, de la cultura y de la ciencia y la tecnología, particular, pero no exclusivamente. Por primera vez, la derecha no tiene la iniciativa, ni en Colombia, ni en el mundo, por ejemplo. Pero eso no significa que sea inocua y que pueda ser derrotada sin más ni más. Ciertamente que el fascismo y el nazismo fueron derrotados militarmente, pero triunfaron al cabo culturalmente. Pero es que incluso ese triunfo está llegando hoy a su final. Aun así, es importante evitar una mirada mecanicista y reduccionista. Ya lo decía Einstein ante la explicación de fenómenos y dinámicas altamente complejas: “make it simple, but not simpler”; es decir, hay que hacer las cosas elementales, pero sin simplificarlas demasiado.


En realidad, no son única ni principalmente los gobernantes y los “tomadores de decisión” quienes se equivocan. Se equivocan quienes los eligieron y quienes los obedecen y acatan; desde luego acríticamente. Hay, sin pesimismo, hoy por hoy, países enteros que están equivocado s y que se están equivocando. El problema para ellos es que el tiempo no se detiene jamás.


¿En qué consiste la enfermedad mental de la derecha?


Ser de derecha no es un asunto de partido, de ideas, valores, principios o liderazgo. Esos son solo instrumentos. Ser de derecha es esencialmente un asunto de una sensibilidad atrofiada, enfermiza. Se trata de un trastorno mental, para decirlo de manera suave. Una enfermedad mental, en realidad.


La mayoría de la población está constituida por los pobres, los marginados, los excluidos, los sin-voz, los sin-tierra, los reseñados, los perseguidos, los que sufren, los encerrados, los parias, los intocables. Todos los revolucionarios así lo han reconocido siempre; y Jesús de Nazareth, y Siddartha Gautama, y Gandhi, y tantos más. Defender las causas de los pobres, acusar las inequidades y las desigualdades, la violencia de todo tipo es simple y llanamente un asunto de sensibilidad, compasión, solidaridad y ayuda mutua.


La derecha siempre ha sido indolente ante las mayorías, y sólo cuida por sus privilegios. Están seriamente enfermos: son psicópatas y sociópatas. El problema es que la psicopatía y la sociopatía son contagiosas (11). Se contagian a través de mentiras, de sistemas culturales y de educación, de medios de comunicación y desde los altares, por ejemplo.


La Asociación Americana de Psiquiatría produjo un manual de enfermedades mentales que es un referente en el mundo entero para médicos, psicólogos, psiquiatras, fundamentalmente. Se encuentran allí todos los diagnósticos de enfermedades o trastornos mentales. Hay que decir que en el mundo entero el principal problema de salud pública es la salud mental. Hablamos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, que ha tenido varias versiones. La más actualizada es el DSM-5. Esta es la guía estándar en el mundo para identificar y clasificar trastornos mentales; en una palabra: enfermedades mentales. Lo que ayer se llamaba: formas de locura, desatino o imbéciles.


Pues bien, existe un trastorno de personalidad, clasificado en el grupo B, 301.7 (F60, 2) que está identificado como psicopatía, sociopatía o trastorno de personalidad disocial, pp. 559 y sigs., tiene entre otras características: el engaño y la mentira repetida, desatención imprudente de la seguridad propia o de los demás, ausencia de remordimiento, en fin, insensibilidad e indolencia ante el sufrimiento o las circunstancias de los demás.


Otra manera de caracterizar a esta clase de gente –a sus organizaciones e instituciones y demás–, es como empáticos oscuros, que es la expresión que se emplea para designar a todos aquellos que o bien tienen o desarrollan carismas y estrategias tendientes a manipular, sacar provecho y controlar a la gente y las circunstancias. Son gente esencialmente controladora; por consiguiente, sin duda alguna, narcisistas o megalomaníacos. Todo se refiere a ellos, y todo gira alrededor suyo. El lenguaje del marketing político y de los medios de comunicación se refieren a esta clase de gente como “líderes” (naturales). La forma eufemística como estos rasgos son transmitidos por la sociedad y buena parte de ella los asimila acríticamente es como “habilidades blandas”. Eso mismo, competencias: un lenguaje eminentemente capitalista, de discriminación y belicista.


De esta suerte, la lucha contra la pobreza, la inequidad, la injusticia y los vejámenes es un asunto de sensibilidad y salud mental. Sin ambages, son quienes están del lado correcto de la historia –que son las mayorías que claman por libertad y democracia, por paz y por vida, notablemente– quienes están verdaderamente sanos y, por consiguiente, quienes están verdaderamente vivos. Un asunto simple y claro.


La política en sentido amplio es sencillamente un instrumento para el cuidado y la afirmación de la vida; y entonces, claro de la salud. En primer lugar, de la salud mental, que no es otra cosa que una sensación de alegría, optimismo y regocijo con el acto de vivir.

  1. Cfr. https://geneva-academy.ch/ galleries/today-s-armed-conflicts
  2. Rundle, B. K., Vaughn, V. R., Stanford, M. S., (2015). “Contagious yawning and psychopathy”, en: Personality and Individual Differences, Volume 86, pp. 33-37. https://doi.org/10.1016/j.paid.2015.05.025
  3. Auty, K. M., Farrington, D. P., & Coid, J. W., (2015). “Intergenerational transmisión of psychopathy and mediation via psychosocial risk factors”, en: British Journal of Psychiatry, 2026(1), 26-31. Doi. 10.1192/bjp.bp.114.151050
  4. Cfr. https://shoa-interpelados.amia.org. ar/wp-content/uploads/2015/08/Los-11- principios-de-la-propaganda-de.pdf
  5. Cfr. https://www.routledge.com/Routledge-Studies- in-Fascism-and-the-Far-Right/book-series/
  6. https://www.ohchr.org/sites/default/files/ documents/hrbodies/hrcouncil/sessions-regular/ session59/advance-version/a-hrc-59-23-aev.pdf FFR?srsltid=AfmBOopsUGl0xTAkn_qMlGH5o- DANjNOd_XJuAPWESPRiWN1GjWZa1Ri).
  7. Para un estudio clásico sobre el pensamiento de la extrema derecha, véase: S. de Beauvoir, El pensamiento político de la derecha, originalmente publicado en 1963; disponible en: https://www.cde. org.py/wp-content/uploads/2021/02/De-Beauvoir- Simone-El-pensamiento-político-de-la-derecha.pdf.
  8. Goldberg, J., (2009). Liberal Fascism. The Secret History of American Left, From Mussolinio to the Politics of Change. PRH Christian Publishing.
  9. En varios trabajos he argumentado que se trata en realidad de la crisis de la civilización occidental. Con nombre y apellido.
  10. Kyburg, Jr., H. E., (2001). Uncertain Inference. Cambridge: Cambridge University Press
    11 Rundle, B. K., Vaughn, V. R., Stanford, M. S., (2015). “Contagious…, op. cit.

Información adicional

Una mirada sintética a los males del mundo
Autor/a: Carlos Eduardo Maldonado*
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Fuente: Le Monde diplomatique edición Colombia Nº257, agosto 2025
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