La economía alemana está en recesión, el desempleo llegó al nivel más alto de los últimos diez años y la inflación golpea a los trabajadores. Sin embargo, desde el año pasado los acuerdos salariales, en especial en el sector de los servicios, logran importantes mejoras que superan el índice inflacionario.
Es el final de la pausa de mediodía. Una decena de empleados de la fábrica Weitkowitz de Peine, ciudad de 50.000 habitantes en el norte de Alemania, fuman bajo un alero. Esta filial de un grupo con base en Tirol del Sur, en Italia, produce terminales de cables para la industria automotriz, ferroviaria y eólica. El comité de empresa que se reúne semanalmente acaba de terminar. Esta estructura de concertación entre empleados y empleadores es uno de los pilares de la cogestión empresarial al estilo alemán. Pero aquí se formó sólo en 2022, gracias a la lucha de los agremiados.