Evitar que las derrotas políticas se traduzcan en derrotas mentales de su base, así como en la pérdida de la iniciativa, parece ser la máxima del hoy Presidente de Colombia. Una actitud consecuente, de igual manera, con una de las lecciones del marketing moderno: ser noticia cada día, copando la opinión pública y colocando a girar el sistema informativo alrededor de una opción de gobierno, de un modelo económico, un liderazgo personal, etcétera.
En esa línea, día a día Gustavo Petro lanza una y otra propuesta, sobre lo divino y sobre lo humano. Copa la agenda, aunque al mismo tiempo genere la impresión de improvisación, desorden, incapacidad de gestión, toda vez que no concreta ninguna de ellas. Esto pese a que sus más fieles seguidores lo defienden en todo y tratan de concretar o hacer realidad esa multiplicidad de iniciativas.
Consecuente con ello, y ante la derrota que se avizora en el horizonte para el paquete reformista del Gobierno del Cambio, cuya primera pérdida notable provendrá –si no ocurre algún milagro– del ahogamiento de la reforma a la salud, lanza el globo de la reforma constituyente. Una propuesta, por su agenda y objetivos, más allá de si logra su concreción en el tiempo que le queda de mandato, orientada a la activación, organización, deliberación y movilización de la militancia del Pacto Histórico y fuerzas afines.
De esta manera, el Primer Mandatario extiende una cortina de humo que minimiza el impacto de la derrota del paquete reformista e impide que el gobierno caiga en la defensiva, lo que ahondaría la sensación de derrota
En tales circunstancias, consciente el gobernante que la agenda de un posible Cambio va mucho más allá de sus cuatro años de mandato, energiza fuerzas, las que al tiempo que actúan en pro de la reforma constituyente, se apropian de un programa mínimo que amplía en la opinión pública el imaginario del paquete reformista que debe acometer el país para alcanzar necesarios niveles de justicia. Un programa mínimo que servirá para agitar desde ya la necesidad del triunfo electoral en el 2026.
Estamos, por tanto, ante una agenda política y reformista de plazo inmediato, mediato y más allá. Proceder de otra manera sería aceptar la derrota del paquete reformista y con ello el previsible fracaso en los comicios del 2026. Algo que no pasa por la mente de ningún político de largo vuelo. Así lo dejó nítido el pasado 7 de marzo el Presidente en Nariño: “En el 2026 tenemos que volver a ganar”.
El tiempo se acorta, la iniciativa está retomada y las cartas están sobre la mesa.
Equipo desdeabajo
El primer mandatario expuso ocho puntos centrales sobre los que debe girar el proceso de una asamblea constituyente, entre ellos, el cumplimiento del Acuerdo Final de 2016, la reforma agraria, la inclusión de los territorios y la reforma a la justicia.
Bogotá D.C., 18 de marzo de 2024
El presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, precisó que el proceso constituyente que convocó ante la Minga Indígena el pasado viernes en Cali no es para cambiar la Constitución de 1991 ni para perpetuarse en el poder, sino para que el pueblo entre a resolver “varios problemas fundamentales que detienen a la sociedad colombiana”.
En su cuenta de la red social X?, el primer mandatario señaló que estos problemas fundamentales no han sido resueltos en “las más de tres décadas que han pasado desde 1991” y, en lugar de eso, los poderes públicos establecidos en la carta magna “fueron penetrados por un régimen de corrupción impune y de facto y por una gobernanza paramilitar que reemplazó el Estado Social de Derecho”.
Explicó que, en vez de aplicarse a cabalidad la Constitución de 1991, ese régimen de corrupción “asesinó a más de 100.000 colombianos para concentrar sanguinariamente la riqueza”.
Mandatario plantea ocho puntos del proceso constituyente
En su publicación en la cuenta X, el presidente Petro expuso ocho puntos sobre los que debe girar el debate de un proceso constituyente:
- El cumplimiento del acuerdo de paz: Este punto abarca: a) una reforma agraria, b) la inclusión del territorio y la población abiertamente excluida, y c) la verdad como eje de la justicia. El Estado incumplió el acuerdo de paz y la sociedad debe hacerlo cumplir.
- Condiciones básicas para la población mayor: Garantizar en el corto plazo las condiciones básicas de existencia, agua potable, salud y renta para la población colombiana más vieja.
“En los últimos 30 años, la inversión pública se concentró en los sectores y los sitios más pudientes, contrario a lo ordenado por la Constitución y el Acuerdo de Paz. Las sentencias de la Corte Constitucional en este materia fueron desacatadas impunemente. Hoy, el que debía ser el Estado Social de Derecho es un espacio de grandes negocios para sectores poderosos de la sociedad”.
- Educación pública y reforma agraria: Recuperar y priorizar estos objetivos de la Constitución de 1991, que han sido contrarreformados.
- Cambio climático y descarbonización de la economía: Elevarlos a rango constitucional.
- Priorizar empleo y producción: Garantizando la política monetaria y la independencia del Banco de la República.
- Reordenamiento territorial: Cumplir la orden de la Constitución de hacer un reordenamiento territorial que los poderes constituidos, léase el Congreso, no cumplieron porque su base electoral depende del actual ordenamiento territorial que es el de la Constitución de 1886.
“El ordenamiento territorial es imperativo hacerlo alrededor del agua como criterio estructurante. Proponemos garantizar la región autonómica, pero con un fuerte proceso de inclusión con los territorios olvidados, que compense la actual y aberrante desigualdad territorial”.
- Separar la política de la financiación privada.
- Reforma a la justicia: Durante estos 30 años, la justicia se reformó para construir un sistema de justicia basado en la venganza punitivista y politizada que terminó encubriendo los grandes crímenes y se alejó de la ciudadanía.
Proponemos llevar el sistema judicial hacia obtener la verdad para buscar la reparación de las víctimas y lograr como fin máximo la reconciliación social como punto final de la era de la violencia. La verdad es la antesala de toda reconciliación y perdón.
“El pueblo está convocado por la Presidencia de la República a expresarse, a decidir. Para ello proponemos la constitución de coordinadoras municipales de fuerzas populares que desaten la organización y la movilización general de la ciudadanía”, convocó el mandatario.
¿Qué pasará con las actuales reformas en el Congreso?
Si una mayoría formada en la Comisión Séptima del Senado anula los proyectos de ley discutidos arduamente en el Congreso, anulará el proceso de una transición tranquila y ordenada. El sistema de salud ya colapsó por su propia corrupción y el pensional privado se acerca a lo mismo por otras razones. Así que, hundidas las transiciones ordenadas, entramos a actuar de inmediato para garantizar los derechos de la población.
Consejería Presidencial para las Comunicaciones