Es algo que vale la pena, que es necesario, resaltar: las transformaciones globales posteriores a los años noventa derivadas de la crisis del socialismo real y la correlativa neoliberalización de la sociedad, no produjeron, como es sostenido de manera injustificada, la imposición de un pensamiento único en la región. Si bien algunos gobiernos parecen cada vez más alinearse con los think tanks del capital trasnacional, lo cierto es que las experiencias de la izquierda y la academia crítica han mantenido una notable diversificación de las ideas en lo económico, político y social.
Leyendo, releyendo y escribiendo. En primer lugar, los gobiernos de Izquierda en las experiencias de Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia, etcétera, así como la crisis económica del año 2008, avivaron los estudios en torno al marxismo en el continente, no sólo en la versión del llamado socialismo del siglo XXI, sino en la evaluación, valoración y actualidad del pensamiento del propio Marx. En este caso, la filosofía y el pensamiento latinoamericano se han ocupado de temas de la filosofía política en relación a problemáticas del papel del Estado en la contención del capitalismo financiero, la distribución social, la democracia, la posible construcción de una sociedad postcapitalista y, desde luego, relecturas contemporáneas de Marx. En este sentido cabe resaltar estudios como Marx Vive. Izquierda y socialismo en América Latina (1), y Repensar a Marx hoy (2), ambos de la Universidad Nacional de Colombia. Del tema específico del socialismo del siglo XXI se ha ocupado, por ejemplo, Atilio Borón en diferentes oportunidades (3).
Igualmente, tal coyuntura internacional, y sus dinámicas en relación con lo local, llevaron a una preocupación por las realidades nacionales y al abordaje de temas tan importantes como la interculturalidad. Tema afrontado no sólo desde la teoría política, sino desde el llamado pensamiento de-colonial. En este caso, se entró en debate con el multiculturalismo de la tradición liberal, explorándose posibilidades de diálogo, reconocimiento y construcción común de proyectos alternativos producto del entendimiento entre las culturas de Nuestra América. Este tipo de estudios han sido abordados, por ejemplo, en los trabajos de Edwin Cruz (4), y por algunos miembros de la Red modernidad/colonialidad, entre ellos, Catherine Walsh (5). Cercana a esta perspectiva, pero aludiendo a la necesaria formación intercultural de la filosofía misma, y con miras a una transformación intercultural del pensamiento filosófico para dar respuestas a los retos actuales, está la elaboración teórica de Raúl Fornet-Betancur (6), la cual goza de buena salud y hace parte de los diálogos actuales entre Norte y Sur, junto con la Filosofía de la liberación.
En particular esta última tendencia filosófica, en la versión más acabada y desarrollada de Enrique Dussel, asumió en los últimos 10 años, en una visión más actualizada, temas relacionados con la política de la liberación, la ética y la economía. En este sentido, Dussel mantiene el carácter sistemático, crítico y liberador de su pensamiento, en diálogo con lo más selecto del pensamiento mundial, atendiendo a la circunstancia específica de América Latina dentro del concierto internacional (7). La Filosofía de la liberación permanece hasta hoy, después de más de 40 años, como el pensamiento de la región con mayor impacto en la comunidad académica norteamericana y europea.
Otra de las corrientes ya clásicas de la región, con actualidad, y cuyo desarrollo es cada día más notable, es la hermeneutica analógica del profesor mejicano Mauricio Beuchot Puente. De hecho, al igual que la Filosofía de la liberación y la Filosofía intercultural, la hermenéutica analógica ha contado con sus propios eventos y congresos a nivel continental, donde abordan su aplicación al campo de los derechos humanos, los problemas culturales, educativos, teológicos, entre otros. En este sentido, la analogía ha servido como instrumento para develar lo semejante, pero ante todo la diferencia entre las culturas, buscando así un espacio de encuentro y de diálogo para hacer frente a las múltiples problemáticas hoy vigentes (8).
Por otro lado, la búsqueda de alternativas a las principales problemáticas actuales, ha llevado a una mayor investigación del pensamiento indígena en la región. Estas investigaciones han girado en torno a sus cosmovisiones ontológicas, su lógica, su epistemología, las formas económicas e, incluso, sus teologías. En este tipo de estudios hay que resaltar la labor del profesor Joseff Esterman (9), la del investigador colombiano Juan Cepeda (10) y los estudios del también colombiano Giovanni Púa (11); en el Perú resalta el trabajo de Mario Mejía Huaman (12), para sólo mencionar algunos. Cada día hay más conciencia en la academia, y en ciertos sectores sociales, de que el pensamiento indígena es un reservorio de ideas y soluciones históricamente subalternizadas y despreciadas, pero que hoy son fuentes imprescindibles para pensar la realidad que vivimos y el porvenir que anhelamos.
Otra corriente heredera de las problemáticas de la Filosofía de la liberación, pero que ya cuenta con un conjunto propio de categorías e investigaciones, son las llamadas teorías decoloniales. Surgidas en los años 90 con los aportes de Aníbal Quijano, Edgardo Lander, Walter Mignolo, Santiago Castro-Gómez, Enrique Dussel, Nelson Maldonado Torres, Ramón Grosfoguel, entre otros, este movimiento se ha diversificado notablemente abriendo sus investigaciones hacia campos que son objetos de estudio de otras disciplinas: entre ellos, la raza, el género, la universidad, el derecho, los movimientos sociales y la democracia. Es una corriente que cuenta con una amplia trayectoria y que ha llevado a la práctica el dialogo interdisciplinar con la historia, la antropología, la sociología, el derecho, la teoría política y, desde luego, la filosofía. Para sólo mencionar tres textos, son notables las compilaciones de Castro-Gómez con Grosfoguel (13), el libro de Ricardo Sanín Restrepo (14), la reciente compilación de José Guadalupe Gandarilla (15) y los estudios en torno al feminismo de investigadoras como Rita Segato, Yuderkis Espinoza y Ochy Curiel, algunos de ellos adscritos al pensamiento decolonial, pero también críticos de muchas de sus posturas. En este sentido, también es de resaltar la postura propia de Francesca Gargallo (16), que se alinea con investigaciones en torno al feminismo indígena y la historia de las ideas feministas en el continente.
En la actualidad son múltiples los estudios de-coloniales en otras lenguas, en especial el inglés, así como su impacto en las universidades norteamericanas, facultades de estudios culturales y en ciertas universidades españolas. En este caso, el estudio de las herencias coloniales ha servido de pivote para avizorar alternativas descolonizadoras en distintos campos de la realidad social, entre ellos, el epistemológico.
En un “entre”, es decir, en un espacio que no es exclusivamente de-colonial, ni perteneciente a los estudios culturales, así como tampoco exclusivamente ligado a la genealogía foucaultiana o la filosofía posmoderna, se encuentra la obra del filósofo colombiano Santiago Castro-Gómez. Su obra abarca desde una crítica inicial del llamado “discurso latinoamericanista”, pasando por el estudio de las herencias coloniales y la relación entre la raza, la ciencia y la ilustración en la Nueva Granada, la introducción del imaginario capitalista a comienzos del siglo XX en Colombia, hasta desembocar en su obra más reciente en defensa de la democracia y la construcción de voluntades comunes hegemónicas, en diálogo con autores como Zizeck, Foucault, Antonio Negri, Alain Badiou, el vigoroso y actual posmarxismo latinoamericano de Ernesto Laclau (17) y la obra de Enrique Dussel. Las construcciones teóricas de Castro-Gómez han sufrido una notable politización donde la atención por las genealogías de la colombianidad se ha desplazado hacia las discusiones políticas actuales entorno al papel de la sociedad civil, su autonomía, el Estado, la democracia, sin dejar de lado algunos de los elementos de sus primeras construcciones teóricas en torno a la decolonialidad (18).
Finalmente, hay que decir que la Historia de las ideas de la Filosofía Latinoamericana, que inició en los años cuarenta del siglo pasado en México, se encuentra más vigente que nunca. En todos los países donde existe un interés por nuestra tradición filosófica, cada día aparecen nuevos estudios que abordan las ideas de autores del pasado, así como los problemas de recepción de la filosofía europea. Igualmente, el estudio de corrientes y el diálogo con otras metodologías como el tripo de historia conceptual, cultural e intelectual han sido abordados por esta disciplina. En este sentido, la Historia de las ideas ha sobrevivido al embate de la genealogía foucaultiana y las teorías de-coloniales, a la vez que se mantiene abierta al aprendizaje de otras metodologías, incorporando, entre otros aspectos, elementos de la historia social, del marxismo y la historia cultural (19). A decir verdad, la historia de las ideas desde sus comienzos incluía ya muchos de estos aspectos, los cuales con el tiempo, y gracias a la influencia de historiografías foráneas, fueron adquiriendo mayor definición, hasta convertirse en campos autónomos. En este sentido, resaltan los estudios de Horacio Cerutti de México (20), Pablo Guadarrama de Cuba (21), el peruano José Carlos Ballón (22), y los estudios de Leonardo Tovar sobre el pensamiento colombiano (23), así como las investigaciones de Damián Pachón Soto en torno al pensamiento colombiano y latinoamericano (24), para mencionar algunos. Incluso, autores como Dussel, Carmen Bohórquez y Eduardo Mendieta –éste último un vocero del latinoamericanismo en Estados Unidos– le han apostado a la historia de las ideas en la región, incluyendo El Caribe (25). Asímismo, las reflexiones sobre Nuestra América como lugar del filosofar de José Santos-Herceg (26), entre muchas otras que no se centran exclusivamente en una historia del pensamiento, aunque dialogan con él, y se dedican simplemente a filosofar sin más.
Es un pensamiento vivo. En la última década, sin duda alguna, el pensamiento latinoamericano ha mostrado un vigor inusitado. Dentro de las corrientes actuales encontramos el marxismo, el Socialismo del siglo XXI, la filosofía intercultural, las teorías decoloniales, la hermenéutica analógica, la filosofía feminista, la filosofía de la liberación, el pensamiento amerindio y la tradicional disciplina de la Historia de las ideas, una metodología transversal a las anteriores corrientes. permitiendo entrever la presentación de una reacción en el continente contra el pensamiento unidimensional hegemónico, y que la academia y los sectores sociales buscan respuestas en corrientes alternativas para afrontar las múltiples problemáticas de nuestras actuales sociedades.
Reacción contra el pensamiento hegemónico que cada día gana más espacio en las universidades y sus congresos académicos, lo que contrasta con la actitud de hace unas décadas donde lo “latinoamericano” era relegado del pensum y del interés de la comunidad académica. Por lo demás, ya se hace filosofía analítica, fenomenología, lógica, epistemología (27), metafísica, etcétera., desde Nuestra América, tal como lo registran las múltiples entradas de la Enciclopedia de Stanford (28). No hay razones, pues, para ningunear la filosofía latinoamericana o el pensamiento filosófico producido en la región, pensamiento histórico, situado, que se ocupa, como toda auténtica filosofía, de los problemas fundamentales del ser humano y de la realidad que le concierne. Enterarse de sus avances y su presencia en la academia mundial es parte de nuestra tarea y muestra concreta de nuestra descolonización mental.
1 Jairo Estrada Álvarez, Comp., Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2008.
2 Leopoldo Múnera, Comp. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2013.
3 Atilio Borón, “El socialismo del siglo XXI: breves notas sobre algunas experiencias recientes, y otras no tan recientes de América Latina”. En: Reinventar la izquierda en el siglo XXI. Hacia un diálogo Norte-Sur. Buenos Aires: Clacso y Universidad General Sarmiento, 2014.
4 Pensar la interculturalidad: una invitación desde Abya Ayala/América Latina, Quito, Abya Ayala, 2013.
5 Interculturalidad, Estado, Sociedad. Luchas (de)coloniales de nuestra época. Quito: Universidad Andina Simón Bolívar, 2010.
6 Crítica intercultural de la filosofía latinoamericana actual. Madrid, Trotta, 2004.
7 Dussel, Política de la liberación. Volumen II: Arquitéctónica, Madrid, Trotta, 2009; 16 tesis de economía política. Interpretación filosófica, México, Siglo XXI editores, 2014; 14 tesis de ética, Madrid, Trotta, 2016.
8 Mauricio Beuchot, Hechos e interpretaciones. Hacia una hermeneutica analógica, México: Fondo de Cultura Económica, 2016.
9 Filosofía andina. Sabiduría indígena para un mundo nuevo. La Paz: Instituto Superior Ecuménico Andino de Teología, 2009.
10 Aproximaciones ontológicas a lo latinoamericano, Rosario, Editorial Fundación Ross, 2012 y A lo profundo de Kush, Bogotá: Editorial Nueva América, 2013.
11 Filosofías amerindias: Búsquedas de lo propio en América Latina, Bogotá: Universidad de San Buenaventura, 2011.
12 Teqse. La cosmovisión andina y las categorías quechuas como fundamentos para una filosofía peruana y de América Latina, Lima: Universidad Ricardo Palma, 2011.
13 El giro decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá, Siglo del hombre editores, Universidad Javeriana y Universidad Central, 2007.
14 Decolonizing democracy. Power in a solid state. USA, 2016.
15 La crítica en el margen. Hacia una cartografía conceptual para rediscutir la modernidad, México, Akal, 2016.
16 Francesca Gargallo, Feminismo desde Abya Ayala, Bogotá, Ediciones Desde abajo, 2015.
17 Debates y combates. Por un nuevo horizontes de la política, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2008.
18 Véase principalmente Crítica de la razón latinoamericana, Bogotá, Universidad Javeriana, 2011 y Revoluciones sin sujeto. Slavoj Zizeck y la crítica del historicismo posmoderno, México, Akal, 2015.
19 Véase la obra de Carlos Altamirano, Renán Silva en Colombia y Elías Palti.
20 Doscientos años de pensamiento nuestroamericano, Bogotá: Ediciones Desde abajo, 2011.
21 Pensamiento filosófico latinoamericano, Bogotá, Planeta, Tres Tomos, 2012-13.
22 La complicada historia del pensamiento filosófico peruano. Siglos XVII y XVIII. UNMS y Universidad Científica del Sur, 2011.
23 Las fundaciones de la filosofía latinoamericana, Bogotá, Universidad Santo Tomás, 2009.
24 Estudios sobre el pensamiento colombiano, Volumen I, Bogotá, Ediciones Desde abajo, 2011; Estudios sobre el pensamiento filosófico latinoamericano, Bogotá, Ediciones Desde abajo, 2015 y La concepción de Hispanoamérica en Rafael Gutiérrez Girardot, Bogotá, Universidad Santo Tomás, 2010.
25 Dussel, Mendieta y Bohórquez, El pensamiento latinoamericano, del caribe y latino [1300-2000], México, Siglo XXI editores, 2009.
26 Conflicto de representaciones. América Latina como lugar para la filosofía, Chile, Fondo de Cultura Económica, 2010.
27 Sin ser filósofo, en este aspecto son importantes los aportes de Boaventura de Sousa Santos, por ejemplo, Una epistemologías del sur. México, Siglo XXI editores, 2009.
28 http://plato.stanford.edu/search/searcher.py?query=latin+amerca+philospphy
*Profesor Maestría en Filosofía Latinoamericana, Universidad Santo Tomás. damianpachon@usantotomas.edu.co