¿Qué se puede esperar de la Ley 2460/25, nueva normativa de salud mental en Colombia? ¿Cuál es el panorama que en este campo encuentra la misma y cuáles sus horizontes de real desarrollo como parte sustancial de una política de los cuidados? ¿Es posible avanzar en el país hacia una democracia basada en un bien-estar que esté más allá de la simple administración de las dimensiones biopsicosociales del sufrimiento? Estos y otros interrogantes son despejados en este artículo.



