Al enfrentar al FMI y a los grupos privados extranjeros, el primer ministro Viktor Orbán se asegura una sólida popularidad de cara a las elecciones del 6 de abril. Su heterodoxia económica, matizada con un conservadurismo social, saca partido del apoyo de una nueva generación de empresarios nacionales cercanos al poder.
Un conservador contra las multinacionales
Información adicional
Autor/a:
País:
Región:
Fuente: