Las nuevas entidades, características e impactos. El mundo se tambalea

por Carlos Maldonado*

El armamentismo y el militarismo, marcan crecientes indicadores entre potencias, también el riesgo de colisión armada, de manera directa o indirecta. No es casual: el predominio de imperios está en juego, también la persistencia de la especie humana. En medio de ello, Las nuevas entidades, al mismo tiempo que jalonan la emergencia de ciencias y tecnologías, y renovadas formas de gobierno y gobernanza, contribuyen activamente, al cargarlo de materiales que afectan seriamente la vida, a agravar su inviabilidad e insostenibilidad en el planeta. Una contradicción manifiesta.

Estamos ante un sistema mundo cambiante, y en alta tensión. Una realidad, una puja global con altos y riesgosos costos para todos los países, Colombia entre ellos, una evidente contradicción que pasa ante nuestros ojos y que a pesar de sus significados y consecuencias para el presente y futuro de la humanidad no pesa en absoluto en la disputa por la presidencia del país.


Es una constante entre nosotros. Las cosas, todo parece indicar, suceden en otras escalas, que en el país no tienen ningún impacto, como se escucha por su silencio en el debate electoral. Sin duda se trata de una señal de pervivencia del peso que la parroquia conserva y prolonga en lo político y científico. Dicho de manera puntual, el eje del problema, que de acuerdo a los ríos de leche y miel que de nuevo ofrecen al electorado unos y otros de quienes están en campaña, en el contexto global pivota en torno a las relaciones entre ingeniería, ciencia, política y ecología. Veamos.


Son cuatro variables en torno a las cuales las noticias no dan tregua: Estados Unidos, de manera directa o a través de sus aliados, busca por una diversidad de medios neutralizar, atrasar o paralizar los avances económicos y en todos los campos del saber que está alcanzando China. El intento de bloqueo de sus multinacionales es parte de ello, en lo cual el caso de Huawei en Canadá es solo una pequeña muestra del asunto; pero también lo es la pretensión de impedir sus avances sobre su mar inmediato y más allá del mismo, para lo cual Estados Unidos profundiza compromisos y acciones conjuntas con Japón, India y Australia.


La disputa va más allá, y amenaza con alcanzar al espacio exterior, ahora en proceso de militarización. Estados Unidos tiene preparado todo un plan por llevar la guerra –fría o caliente– al espacio exterior como un escenario de pruebas y ataques militares contra eventuales enemigos. China y Rusia han elevado serios rechazos a la iniciativa llamando a respetar tratados internacionales que dejaban al espacio por fuera de esa demencial dinámica.


Asistimos a una lucha sin cuartel, que todos los días gana nuevos escenarios, indicadores, territorios, en medio de lo cual el planeta como un todo queda cubierto por un enorme interrogante sobre la viabilidad ambiental futura, no tan de largo plazo, con signos de agotamiento ya medidos como lo registra el Instituto Stockholm. La militarización del ciberespacio y las eventuales guerras que allí o desde allí tomen forma en un futuro no tan lejano, la guerra misma de Ucrania como escenario de pruebas y ensayos tácticos, estratégicos, y de ingeniería militar y física. Todos los actores actúan hoy, pero guardan, según parece, sus mejores cartas para escenarios futuros. Todos apuestan por ver, pero nadie muestra lo que verdaderamente tiene.


Exactamente en este escenario, asistimos a la más profunda crisis ambiental habida desde hace 250 millones de años, cuando cayó un meteorito en el hoy Golfo de Yucatán destruyendo alrededor del 80-90 por ciento de la vida del planeta.


Mientras que la política y los temas militares circulan por una orilla, del otro lado corre el medioambiente y la naturaleza. Y asistimos, así, en un mosaico lleno de complejidad, a la crisis civilizatoria, en toda la línea de la palabra; y en algún lugar en el medio, los procesos de transformación industrial no se detienen. En efecto, la conjunción entre ciencia y tecnología se consolida alrededor del mundo, en variedad de países, como India, Alemania e Inglaterra, toma forma y alcanza diversidad de desarrollos, ganando especial realce en China y Estados Unidos.


Se trata de un proceso sin pausa, en el que la robótica y la vida e inteligencia artificial no conocen límites, y en el cual la cuarta revolución industrial se expresa como Blockchain, criptomonedas, desarrollo de la web 3.0 hasta la 5.0, en el que las tecnologías de comunicación 5G se hacen cada vez más ubicuas; todo ello, en medio de una profunda crisis ambiental que parece agudizarse a cada paso. Pues bien, en este escenario, nuevos materiales están siendo desarrollados –específicamente sintetizados–, los cuales agudizan la situación del medioambiente. Un panorama de muchos claroscuros, más grises que blancos.


Industrialización modo tres y cuatro


Asistimos a la tercera y la cuarta revolución industriales (1), y es alrededor de ellas que se está definiendo el papel cada vez más secundario de Estados Unidos en la economía mundial, el papel protagónico y líder de China, y la emergencia con fuerza de la India ya como tercera economía mundial, por encima de potencias como Alemania, Francia e Inglaterra.


Dicho de manera puntual, la tercera revolución consiste en la importancia de internet y la digitalización del mundo y la realidad. Es exactamente en relación con ella que surgen los temas relacionados con realidad virtual, realidad aumentada y las diversas versiones y desarrollos del metaverso. De su mano, el tránsito de la realidad virtual a la realidad aumentada, la impronta de las criptomonedas, y toda la cadena del Blockchain como protagonistas principales. Y claro, siempre la guerra de por medio. Ucrania es sólo una faceta del tema. Pero están los casos más dramáticos, de los que no se habla en los grandes medios de comunicación occidentales, de Libia, Sudán la República de África Central, Mozambique, Etiopía y Camerún. Dramas mucho peores que lo que acontece en Ucrania.


Por su parte, la cuarta revolución industrial consiste en la síntesis entre la dimensión física, la biológica y la digital y que da lugar, para decirlo en la escala cotidiana, a la domótica, las tecnologías 5G, las impresiones en 3D con todas sus posibilidades, en fin, la importancia de la computación cuántica y las tecnologías que, de un lado, nos conducen a Marte y más allá, y de otra parte imponen un control panótico sobre la vida de la sociedad y de cada cual (2): reconocimiento facial, reconocimiento de voz, biometrías de todo tipo, por ejemplo.


Toda la geopolítica, en el sentido más amplio pero fuerte de la palabra pivota en torno a los desarrollos en curso, y previsiblemente hacia futuro de la tercera y la cuarta revolución industrial; ambas aparecen cada vez más imbricadas. Los balances de poder a nivel mundial, pero también a nivel nacional, depende del manejo, el conocimiento y los desarrollos de estos procesos de industrialización. Las redes sociales constituyen tan sólo la capa más superficial, pero muy real de estas dinámicas.


Sin la menor duda, las revoluciones industriales ya relacionadas constituyen la faceta más avanzada de un régimen productivista y extractivista: sólo que ahora lo que se extraen es información de las gentes –redes sociales–, y las matemáticas estudian gustos, preferencias, relaciones y mucha psicología y comportamiento. Hong Kong, Corea del Sur, Estados Unidos, París, Shanghai o Ciudad de México son algunos de los lugares en los que, en toda la extensión de la palabra, se aprecian en la vida cotidiana estas realidades. Y el resto del mundo, igualmente, en la fila haciendo la tarea; es lo que significan cosas como: competitividad, start-ups, nuevo emprendimiento, procesos informacionales y computacionales en toda la extensión del término, industria, ejército, mecanismos de seguridad y vigilancia, en fin, liderazgo y estrategia.


Una realidad y una disputa entre imperios y potencias en la cual, durante el año 2020 China produjo 21.000 patentes directamente relacionadas con la inteligencia artificial, situándose cerca de Estados Unidos, en el primer lugar con 33.000. Para el año 2020, la inversión en inteligencia artificial por parte de la China fue de 128 billones de yuanes, y es a la fecha la principal potencia mundial en la producción de artículos científicos en el tema (3). Las proporciones son incalculables cuando se las compara con un país de desarrollo bajo y medio como Colombia.


Las nuevas entidades


Veamos primero la cara más cotidiana del tema. Existe una enorme y creciente contaminación química en las ciudades; los ríos continúan padeciendo envenenamiento alrededor del mundo por medio de sustancias clásicas como mercurio y otras, pero también por nuevos productos sintéticos; los bebés están naciendo alrededor del mundo con microplásticos que absorben por diversos canales, y que atraviesan la placenta de la madre; nuevas ciencias y tecnologías como Crispr –que a pesar de la polémica desatada alrededor de los riesgos que implica, recibió el premio Nobel de química en el año 2020–, y las nanotecnologías producen nanomateriales que literalmente inundan la vida cotidiana, entre ellos la pintura de los autos, diversidad de insumos deportivos, cosméticos, bloqueadores de sol, y muchos más. Al mismo tiempo, se edifican innumerables centros comerciales, la construcción se dispara alrededor del mundo con la demanda de implementos, materiales, y objetos de todo tipo; para ricos y para pobres.


De modo puntual, la masa global de los seres humanos y generada por ellos mismos excede ampliamente la biomasa de todos los seres vivos conjuntamente (4). En otras palabras, la cultura, la ciencia, la ingeniería y la política han generado un sobrepeso en el planeta muy superior al que la biosfera por sí misma posee. Y esto ha sucedido, puntualmente, en los últimos veinte años. Es decir, en el auge del productivimso, el extractivismo, y la física e ingeniería de materiales.


La rama más importante de la química, en este escenario es la sintética, que se ocupa de producir nuevas sustancias químicas con métodos más económicos y eficientes de sustancias naturales ya conocidas, a partir de plantas, minerales o animales.


En verdad, una lista de las nuevas entidades comprende todos los inéditos biomateriales, la edición de genes, y el direccionamiento genético, los híbridos nano-bio, los nanopolinizadores, todas las baterías nanotecnológicas, los materiales y tecnologías de geoingeniría, y el fracking, los códigos de barra de los productos en ADN, el blockchain, entre muchos otros.


Como se aprecia sin dificultad, se trata de la ciencia y tecnología de punta. Esa que está dirigiendo los procesos de producción en el mundo, en todo el sentido de la palabra: fabricación de productos, bienes y servicios, y producción de información y conocimiento. El núcleo duro de la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i). El blockchain es simple y llanamente el libro de información, compartido e inmutable, que facilita el registro de transacciones y activos de una red de negocios. Información en línea, trabajo con internet normal y con la web profunda.


Pues bien, de manera muy significativa, estas nuevas entidades –así son llamadas–constituyen una de las aristas más importantes de la crisis climática y planetaria; el problema es que, a la fecha, se reconoce su importancia e impacto, pero aún no ha sido cuantificado ni volumen ni impacto.
Nuevas entidades y límites planetarios


El Instituto Stockholm es un centro de investigación dedicado a estudiar los procesos en marcha que marcan a la crisis ambiental y para el cual la crisis gira en torno a nueve límites planetarios, cinco de los cuales ya han cruzado el umbral de la irreversibilidad. Es decir, presuntamente, ya no hay nada que pueda hacerse con respecto a ellos. Los nueve limites planetarios son: a) el cambio climático, b) el agotamiento del ozono o el agujero, ya identificado en la capa de ozono, c) la acidificación de los océanos, d) el uso del agua dulce, e) los cambios en los sistemas de tierras, f) la identidad de la biosfera, es decir, la pérdida de la biodiversidad, g) la carga de aerosoles de todo tipo, y h) la importancia de nuevas entidades para la masa misma de la biosfera.


Algunos de estos umbrales han superado la zona de incertidumbre, que es la manera de decir que ya son irreversibles; otros se encuentran en la zona misma, y aún es posible hacer algo al respecto; algunos más se encuentran todavía bajo los límites de incertidumbre, lo que quiere decir que aún no son críticos. Y finalmente un par de estos límites aún no han sido cuantificados, pero no por ello son menos importantes. Pues bien, las nuevas entidades entran en este último renglón. El tema se ocupa del cruce entre industria, ciencia, ingenierías y vida cotidiana.
Pues bien, la tercera y la cuarta revoluciones industriales, como parte de esta realidad en curso, se corresponden, plano por plano, con el desarrollo de la ciencia de grandes bases de datos (Big-Data Science), la analítica de datos, el machine learning y el deep learning, la inteligencia artificial, la vida artificial y la robótica, elemental y de enjambre. Es decir, la tercera revolución científica en marcha. La inversión de los países más ricos en estas áreas es impresionante.


Una realidad que no evita o, por el contrario, potencia la crisis sistémica y sistemática que afecta a todo el Sistema Mundo Capitalista. El diagnóstico más refinado de esta crisis es conocido como los límites planetarios que marcan un punto de no retorno en la viabilidad de la vida en el planeta; y con absoluta seguridad, la inviabilidad de la forma humana de la vida. De los límites planetarios, como lo acabamos de relacionar, cuatro áreas ya son, presuntamente críticas e irreversibles. Una quinta área está próxima a cruzar el umbral de incertidumbre, y cuatro más aún permanecen por ser examinadas. Una de ellas es justamente la de las nuevas entidades (5).


Contradicciones, conflictos, crisis


El mundo asiste a la decadencia de Estados Unidos como potencia mundial. Al mismo tiempo, nuevos actores emergen con fuerza. Una expresión puntual: seis países ya apuntan sus mejores esfuerzos a la exploración y colonización de la luna, no solo Estado Unidos y Rusia, además India, China, Corea del Sur y Emiratos Árabes Unidos.


En paralelo, la guerra en Ucrania ya ha sido reconocida como una disputa militar a largo plazo, en la que lo que se encuentra en el centro es la total –así: la total dependencia energética– de Europa con respecto a otros países, siendo Rusia, de lejos, el más importante. Asistimos a una total y radical reordenación del mundo, cuyo futuro inmediato es imprevisto e incierto; con mayor razón a mediano y largo plazo.


Justo en el centro de estos conflictos, la OMS anuncia que, por causa de los mismos, la humanidad se enfrenta a una inminente crisis alimentaria de escala global. La seguridad alimentaria es quizás la arista más aguda de la crisis ambiental, resultado de las crisis de origen antropogénico. En el presente inmediato, se trata de 140 millones de personas, en diez países, todos de bajos ingresos (6).


En algún lugar en el centro, aparecen el blockchain, las criptomonedas, la realidad virtual, la realidad aumentada, el metaverso, y numerosos nuevos productos todos específicamente sintéticos. China emerge como una potencia mundial, pero con un régimen productivista más eficiente, si no superior que el de otras potencias. La crisis climática es inevitable y cada vez más grave. México, la quinceava economía del mundo ya ha realizado un diagnóstico preciso: le queda petróleo para alrededor de diez años (7) –y según algunos estudios solamente para ocho–. Estados Unidos ha comenzado a usar ya sus enormes reservas de petróleo y a repartir, por necesidad, una parte de ellas alrededor del mundo. Por donde se mire, el panorama parece ser angustiante. Claro, para el sistema de libre mercado, pero de consuno, para el resto de la humanidad. Según varias fuentes, setenta países –de desarrollo medio y bajo en África, Asia y América Latina se encuentran en filo del caos de una deuda impagable, entre ellos Colombia (8).


Ante todo ello, es claro que asistimos a un reordenamiento mundial en curso, en medio de una profunda crisis ambiental. En esta crisis, las nueva entidades, al mismo tiempo que jalonan nuevos inventos y descubrimientos tecnocientíficos e industriales, nuevas ciencias, nuevas tecnologías, y nuevas formas de gobierno y gobernanza, contribuyen muy activamente a agravar la inviabilidad e insostenibilidad de la vida en el planeta. Una contradicción manifiesta.


Una total paradoja, es la que percibimos. La ciencia e ingeniería de materiales lanza a la especie humana a las fronteras con Marte, a la exploración del espacio exterior; los conocimientos sobre el universo se amplían y enriquecen como nunca antes. En el planeta, la medicina se beneficia con las nuevas tecnologías y ciencias, ampliando significativamente las expectativas y las esperanzas de vida. Un logro no menor. Y sin embargo, estos mismos avances atentan contra la vida misma, en últimas, según parece, de la biosfera misma. Nunca nada es blanco o negro.


El ámbito político y la democracia


Las ciencias y tecnologías que están ampliando la comprensión del universo, de la vida y del mundo en general son las mismas que se encuentran en la base de la eliminación de la democracia (véase, por ejemplo, el deseo de E. Musk por comprar Twitter), y la implantación de un sistema de control total.
Las ciencias y la tecnologías operan y avanzan, permean a la vida cotidiana, pero la mayoría de los seres humanos no se percatan. Compran y usan celulares, mejoran sus conocimientos con el computador, asisten a la industria de la cultura y el entretenimiento, van de vacaciones o permanecen en los grandes centros comerciales, y todo sucede ante sus ojos. Literalmente: nuevas entidades, inteligencia artificial, control y vigilancia totales, por ejemplo.


Pero tampoco parecen percatarse los políticos, que no llaman la atención sobre tan trascendentales sucesos, los cuales impactan a plenitud la democracia, su real, limitada y manipulada actual forma, y su potencial y necesaria dimensión por garantizar si de vida digna se trata, reconstrucción armónica de la relación entre naturaleza y vida humana, reducción del impacto ambiental de la vida de esta especie –minimizando contaminación en todos sus indicadores, así como consumos innecesarios, mucho más los desechos–; un “descuido” con altos costos en todos los planos.


Los nuevos gobiernos en América Latina tienen en ello un reto –Boric en Chile, posiblemente Lula en Brasil, el propio Castillo y sus contradicciones en Perú, probablemente Petro en Colombia, definitivamente López Obrador en México, y siempre la revolución cubana, por ejemplo–, cargan una responsabilidad política, cultural y ciudadana ante sus sociedades, a saber: poner sobre la mesa, a plena luz del día, estos temas y problemas y hacer de ellos, un tema común. De lo contrario, todo habrá seguido como venía antes, para complacencia de las grandes corporaciones.


En otras palabras, una nueva educación política pasa por la incorporación de los temas de este texto (y otros, naturalmente). El tema de las nuevas entidades ha pasado prácticamente desapercibido en el mundo. La verdad es que ellas están afectando la vida cotidiana, y lo seguirán haciendo en un futuro previsible. Un tema candente, sin duda.

1. Maldonado, C. E., Camino a la complejidad. Revoluciones – científicas e industriales. Investigación en complejidad. Ciudad de Guatemala: Asociación Rujotay Na’oj, 2020.
2. Zuboff, S., La era del capitalismo de la vigilancia. La lucha por un futuro humano frente a las nuevas fronteras del poder, Barcelona, Paidós, 2020; O’Neil, C., Weapons of Mass Destruction. How Big Data Increases Inequality and Threatens Democracy, New York, Crown, 2016.
3. Cfr. https://hbr.org/2021/02/is-china-emerging-as-the-global-leader-in-ai
4. Cfr. https://www.nature.com/articles/s41586-020-3010-5
5. Cfr. https://www.eli.org/sites/default/files/eli-pubs/stap-gef-novel-entities-report-2018.pdf
6. Cfr. https://reliefweb.int/report/world/security-council-food-security-note-complete-summary-todays-security-council-meeting-will-be-made-available-after-its-conclusion
7. Cfr. https://www.bloomberglinea.com/2022/05/03/a-mexico-le-quedan-93-anos-de-reservas-probadas-de-petroleo-y-gas/#:~:text=Negocios-,A%20M%C3%A9xico%20le%20quedan%209%2C3%20a%C3%B1os%20de,probadas%20de%20petr%C3%B3leo%20y%20gas&text=Ciudad%20de%20M%C3%A9xico%20%E2%80%94%20M%C3%A9xico%20tiene,Nacional%20de%20Hidrocarburos%20(CNH).
8. Cfr. https://www.youtube.com/watch?v=CdrLp0lKjHc

*Filósofo y profesor universitario. Integrante Consejo de redacción Le Monde diplomatique, edición Colombia.

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