La desintegración de Yugoslavia y la exacerbación de las diferencias nacionales tuvieron consecuencias lingüísticas: convenía hablar bosnio en Sarajevo, croata en Zagreb, serbio en Belgrado o montenegrino en Podgorica. A pesar de las variantes regionales, los lingüistas reconocen en estos pueblos una misma lengua que algunos anhelan recobrar.
Bosnios, croatas, montenegrinos y serbios: ¿“idioma común”? La lengua del escándalo
Información adicional
Autor/a:
País:
Región:
Fuente: