Home Ediciones Anteriores Artículos publicados Nº146 La revolución científica y la “tercera cultura”. Enrique Osorio Fonseca, neurociencia y nuevo humanismo**

La revolución científica y la “tercera cultura”. Enrique Osorio Fonseca, neurociencia y nuevo humanismo**

La revolución científica y la “tercera cultura”. Enrique Osorio Fonseca, neurociencia y nuevo humanismo**

 

 

Cuatro nuevas ciencias que estudian la “naturaleza” humana han transformado de manera radical nuestra comprensión actual del ser humano, sus orígenes, historia e incierto futuro: la ciencia cognitiva, la neurociencia, la genética del comportamiento y la psicología evolucionista. 

 

El pensamiento científico forma parte esencial de la sociedad contemporánea, basada en el conocimiento, generadora de nuevas maneras de contemplar el mundo. Hoy son los científicos, no los filósofos, quienes abordan con mayor eficacia las grandes cuestiones de la existencia, la mente, y el significado de la condición humana. La ciencia, la tecnología y la innovación han enriquecido la vida moderna de innumerables maneras, tanto material como intelectual y culturalmente. El progreso de la investigación y su desarrollo es acelerado, acumulativo, complejo y revolucionario, de manera particular, desde mediados del siglo XX. En la actualidad, es poco posible al artista, filósofo o científico estar a la vanguardia de la totalidad del conocimiento humano, como lo estuvo en su momento, por ejemplo, Leonardo da Vinci (1452-1519).

 

En 1959 el físico y novelista inglés Charles Percy Snow (1905-1980), en su célebre conferencia en Cambridge titulada “Las dos culturas y la revolución científica”, deploraba la ruptura entre las dos culturas de la sociedad moderna, la ciencia y las humanidades, lo cual es un obstáculo importante para la solución de los graves y crecientes problemas mundiales.

 

Por ello, la necesidad de un nuevo humanismo. Para Platón (427-347 a. C.) el filósofo es quien traza mapas de realidad, el que tiene la visión de conjunto; en el nuevo humanismo éste tiene que estar atento no sólo a los avances de la ciencia sino a todas las corrientes de pensamiento vivo. Un nuevo humanismo es compatible con la sensibilidad mística y metafísica, con la interactividad entre arte, filosofía, cultura, ecología y ciencia. Ciertamente, la fusión entre saberes –como en el Renacimiento– ya no es posible, pero sí es factible que los diferentes saberes se comuniquen sin reducirse los unos a los otros.

 

En Colombia, el doctor en medicina y neurocirugía Enrique Osorio es un representante de esta “tercera cultura” que evocaba Snow, esto es, el “nuevo humanismo”. Enrique Osorio es presidente de la Asociación Colombiana de Neurocirugía, para el período 2015-2017; también es fundador y actual vicepresidente de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina; recientemente fue nombrado como presidente del Comité de Columna de la Federación Mundial de Sociedades de Neurocirugía, primera vez que un colombiano recibe un reconocimiento y un honor de esta magnitud por parte de esta Federación.

 

Orígenes y formación

 

Lares y Penates constituían las divinidades protectoras que convivían con las familias en los antiguos hogares romanos. Estas divinidades domésticas fueron agentes de pietas, esto es, el sentimiento que impulsa al cumplimiento de todos los deberes para con la divinidad, los familiares, la patria, los conciudadanos y amigos. Al entrar al consultorio de Enrique Osorio lo primero que resalta son dos estatuillas protectoras: Don Quijote de la Mancha y Esculapio, dios de la medicina y la curación. 

 

Enrique Osorio nació en Bogotá en 1954; hijo de padres santandereanos y el menor de cuatro hermanos. Del padre, químico e historiador de ésta ciencia, heredaron los hijos la pasión por el conocimiento, la cultura y el arte. Osorio estudió medicina en la Universidad Nacional de Colombia, graduándose en 1980; posteriormente se especializó en neurocirugía, recibiéndose en la misma universidad en 1986. Otros estudios de posgrado los complementó en Estados Unidos (Brighman and Women’s Hospital, Universidad de Harvard, Boston -1988), Alemania (Hannover Medical School Hannover -1997) y Francia (Guess Fellow en Neurocirugía Esterotáxica y Funcional -1998). Es padre de tres hijos.

 

Científico a pesar del país

 

Libardo Sarmiento Anzola (LSA). Usted es un científico reconocido en Colombia e internacionalmente, pese a los limitantes de haber nacido, vivido y estudiado en un país tercermundista y dependiente, ¿cómo lo logró? 

Enrique Osorio (EO). Por una parte la influencia de mi padre que fue un investigador, químico de la primera promoción titulada por la Universidad Nacional, en el año 1941. Él vivía muy preocupado por la ciencia y por la cultura y eso nos marcó a todos sus hijos. Luego conté en la Universidad Nacional con unos profesores importantes que estimularon esa semilla que había ya en mí para seguir adelante, para poder alcanzar e ir a otros lugares a aprender nuevas técnicas y conocimientos.

 

LSA. Recientemente, el científico Rodolfo Llinás, líder de la neurociencia moderna, alertó sobre el escaso protagonismo de la ciencia, la tecnología y la innovación en la educación, la política y el contexto actual nacional. Afirmó que en Colombia nunca hemos producido ciencia; la desventaja es que consumimos ciencia y tecnología que no son hechas para nuestras verdaderas necesidades, ¿qué opina de esta afirmación?

EO. Tiene toda la razón. Este es un país donde, por infortunio, nuestros políticos, a través de la historia, nunca han tenido una visión de nación a largo plazo. Ciencia, tecnología e innovación son las cenicientas de las políticas públicas, igual sucede con la educación, son cosas que les parecen poco importantes; son siempre planes a corto plazo. No tenemos políticas de Estado, y eso es lo más grave que sucede en este país.

 

LSA. Usted y Llinás se encuentran en el desarrollo científico de punta, ¿cómo lograron sobrepasar las barreras del país, formarse y ser reconocidos internacionalmente?

EO. Realmente es un esfuerzo individual, apoyado principalmente en un estrecho tejido familiar y social. Los colombianos somos gente que buscamos un mayor conocimiento, gente luchadora y trabajadora, ese es el espíritu del colombiano en general, pero desafortunadamente para el aspecto de la ciencia, la tecnología y la innovación muchos científicos están fuera del país pues aquí no existe la infraestructura ni el apoyo necesario. 

 

LSA. Con pocos científicos el país queda amarrado hacia el futuro, pero tampoco existen líneas de investigación que respondan a una decisión de Estado por avanzar con un norte definido, ¿qué piensa de esto?

EO. Personas que hagan investigación básica aquí son comparativamente pocas, porque hay grandes limitaciones financieras; la investigación es algo muy costoso; además, tanto en la investigación como en la vida económica estamos sometidos a imposiciones de rentabilidad. Por eso nuestros gobiernos dicen: “mejor lo tomamos de otras sociedades, que ellos gasten el dinero en investigar y después nosotros lo compramos”, pero al final esto resulta mucho más costoso e impide el desarrollo. No hay ningún país en el mundo que se haya desarrollado sin investigación. Desde luego, existe otro fenómeno negativo que se presenta: hay científicos que quieren realizar investigaciones en incontables campos, cada uno tiene un interés y eso es aceptable; pero somos un país pequeño, rico en recursos naturales que hemos regalado y derrochado, por lo cual contamos con pocos recursos financieros, mal distribuidos y mal asignados; por lo tanto, debemos priorizar de acuerdo con las necesidades reales de Colombia. No existen líneas de investigación básicas y planeadas que el Estado defina, fomente y financie; estas deberían definirse y establecerse como referentes para el desarrollo del país, esto es lo que hacen las sociedades para desarrollarse. 

 

LSA. Usted es el fundador y actual Vicepresidente de la Sociedad de Historia de la Medicina en Colombia, ¿cómo sintetiza la historia de la medicina, y por qué es uno de los campos de mayor desarrollo científico en Colombia, con reconocimiento internacional?

EO. En la medicina colombiana siempre hay gente que ha logrado ir y formarse en los países que están en cada momento en la parte alta del desarrollo de la medicina. A principios del siglo pasado fundamentalmente se formaban en Francia, a partir de la segunda mitad del siglo XX toda la influencia francesa pasó a un segundo plano por el desarrollo de Norteamérica; ahora muchos profesionales se entrenan en Estados Unidos; en uno y otro lugar recibían esa influencia, llegaban aquí y con mucho esfuerzo se iban adaptando las nuevas tecnologías; esto es lo que hemos hecho durante más de un siglo. 

 

LSA. ¿En qué áreas en particular de la medicina ha logrado desarrollarse Colombia?

EO. La del doctor Patarroyo con las vacunas químicas es un área fundamental; también hay desarrollos importantes en el área de infectología, inmunología, reumatología, oncología y neurociencias. Hay gente que está trabajando muy fuerte, a pesar de que no existe el apoyo institucional que deberíamos tener.

 

LSA. La medicina genética ha registrado sorprendentes adelantos, en particular las aplicaciones de células madre que tienen la capacidad de originar todo tipo de células y tejidos corporales, son pluripotenciales, pudiéndose utilizar para regenerar tejidos u órganos dañados. Doctor Osorio ¿cuál es el estado de avance de la neurociencia y qué futuros desarrollos se avisoran en este campo del saber?

EO. Las neurociencias son un área sumamente grande que tienen que ver no solamente con el funcionamiento del cerebro como tal, sino además con su interrelación con todos los otros sistemas, como el sistema inmunológico. En consecuencia, se está trabajando en resolver enfermedades que hoy todavía no tienen cura; enfermedades degenerativas como la Esclerosis lateral amiotrófica, el Párkinson, la enfermedad de Alzheimer. En ésta última, la investigación busca determinar estructuras moleculares dónde poder actuar, por ejemplo en el caso del Alzhéimer, en el cual se produce por una proteína anómala que lleva a causar la degeneración de ciertas neuronas produciendo la demencia, entonces se está buscando cómo lograr bloquear la formación de esas estructuras protéicas en ciertos puntos; y, por otro lado, se trabaja con células madre porque hay varias enfermedades como el Párkinson y la Esclerosis lateral amniotrófica donde se dañan ciertos grupos neuronales, o en el trauma que daña áreas del cerebro o de la médula espinal en las cuales las células madre van a tener gran importancia a mediano plazo para resolver estos problemas. En este último aspecto hemos participado en una investigación aplicada de manera cooperativa internacional, trasplantando mucosa olfatoria (que contiene células madre del sistema nervioso, entre otras) a la medula espinal en pacientes con lesiones postraumáticas, con resultados esperanzadores. Entonces, el trabajo cubre varios campos, desde la física, la química, la nanotecnología y también con la parte biológica con las células madre. 

 

LSA. En el tema de la enfermedad de Alzhéimer el científico Llinás ha avanzado bastante en términos de conocimiento y posible cura, ¿todas estas investigaciones requieren hacerse en laboratorios en universidades extranjeras?, ¿es imposible aquí en Colombia?

EO. Desde luego estas investigaciones necesitan una infraestructura muy importante de laboratorio. En Colombia existen grupos de investigación que con mucho esfuerzo y aliados con institutos en el exterior están desarrollando trabajos importantes en varias áreas. Por ejemplo, ahora mismo avanza acá una investigación en Alzhéimer de alto nivel. Invité a Colombia a un colega amigo que conocí en Harvard, el profesor Kenneth Kosik, entonces profesor de la Universidad de Harvard, hoy día Director del Instituto de Neurociencias de la Universidad de California en Santa Bárbara; aquí se contactó con el Dr. Francisco Lopera, neurocientífico investigador de la Universidad de Antioquia. Juntos, han desarrollado un importante trabajo, debido a que en unos pueblos antioqueños se ha detectado la mayor cantidad de Alzhéimer familiar en el mundo; ellos están estudiando estas familias desde hace varios años y realizan un esperanzador trabajo conjunto entre la Universidad de Antioquia y varios institutos de los Estados Unidos, buscando bloquear la formación de la proteína anómala que causa la enfermedad. 

 

Medicina, humanismo y sociedad

 

LSA. ¿La medicina es ciencia pura o es un híbrido con el arte y las ciencias humanas?

EO. No hay duda que es una combinación de ciencia y arte; y la cirugía con más veras tiene también mucho de arte porque es un trabajo manual muy especial; entonces están vivamente relacionadas. Incluso la música tiene una influencia fundamental; para mí es vital. La música tiene una influencia importante en la salud, es un aspecto que no hemos explorado mucho, fíjese que para los indígenas, de todas las culturas, la música juega un papel trascendental en la curación, y nosotros la hemos dejado de lado.

 

LSA. El contexto sociológico, político y cultural ha influenciado el desarrollo de la medicina en el país. Como historiador de la medicina, usted presentó en México, una ponencia sobre Violencia y trauma en Colombia, ¿cuál es su tesis?

EO. Ese es otro aspecto complejo y determinante de nuestro país, la violencia que nos ha marcado durante toda la historia; realmente no hemos tenido aquí sino violencia. Llamamos ‘la época de la violencia’ aquella que empezó en el año 1946, pero esa época continúa hasta ahora y eso ha traído para el país la imposibilidad de desarrollarnos. La violencia está ligada no solo a los problemas sociales y de iniquidad, también a la mal llamada guerra contra el ‘narcotráfico’, la cual no ha dejado sino muerte, desolación, haciendo que el país se haya corrompido desde sus estamentos principales hasta los más bajos en todo el tejido social. Sólo la legalización de estas sustancias, en conjunto con una adecuada educación y reglamentación, podría disminuir esa violencia; si eso se lograra, este país, con las condiciones humanas que tiene, daría un salto extraordinario. Además, por causa de la violencia, una significativa proporción de los recursos públicos que deberían destinarse a la educación y a la salud son absorbidos por el gasto militar, limitando de esa manera el desarrollo nacional.

LSA. Aparte de ser un neurocirujano destacado y de gustarle la historia, otro campo de interés y estudio de Enrique Osorio es la filosofía. Al respecto, en estos últimos sesenta años se revolucionó totalmente el conocimiento en el mundo y hay sólidos pronósticos de un desarrollo científico tecnológico más acelerado aun en los próximos cincuenta años. En particular, son definitivos los aportes de disciplinas como la ciencia cognitiva, la neurociencia, la genética del comportamiento y la psicología evolucionista. Son pocos los filósofos que le han podido seguir el ritmo a este desarrollo de las ciencias duras. ¿Cuál es la comprensión actual que estas nuevas ciencias tienen sobre la especie humana?

EO. La filosofía surgió para buscar explicar tantas incógnitas que ha tenido el ser humano, desde explicarlo incluso todo. Pero la ciencia ha venido quitándole el terreno a la filosofía porque ha demostrado con su método científico cómo es que funciona la naturaleza, cómo es que nos integramos en ella. Por otra parte creo que la filosofía no ha desaparecido ni va a desaparecer porque tiene un lugar, no con pretensión de comprenderlo y explicarlo todo, sino para ayudar a entender la evolución del pensamiento humano. Tiene que ver también con el desarrollo y la interrelación entre las culturas durante toda nuestra historia, con el análisis de los factores sociales y éticos; allí es donde creo la filosofía tiene un rol muy importante, pues no puede explicarse todo con la ciencia pura y dura. De otra parte, no podemos en este proceso olvidar a la literatura que se constituye en un instrumento fundamental que nos ayuda a comprender el ser humano como un todo, revelando el sentido y significado de aspectos que escapan a la lógica científica y filosófica.

LSA. El doctor Osorio ha estado investigando la relación del cerebro, la mente y la conciencia humana, ¿qué nos puede decir sobre el avance de la investigación sobre la conciencia?, ¿es esperanzador el futuro de la especie humana y cómo lo ve desde su campo científico?

EO. Desde mi punto de vista veo que la razón nos ha llevado a un conocimiento increíble en los últimos sesenta años, pero sin embargo la parte biológica fundamental que llevamos dentro, de seres violentos y egoístas, nos lleva al borde de la destrucción, y entre más conocimiento tenemos, más posibilidades existen de destruirnos. Tenemos armas nucleares que pueden destruir muchas veces este bello planeta azul. La conciencia que tenemos hoy en día respecto a la responsabilidad de sobrevivir como especie y cómo lograrlo, incluso no ha podido contener esa fuerza natural egoísta, violenta, que viene por dentro y que nos mantiene al borde del abismo. Tengo la esperanza que el ser humano, finalmente, sabiendo que estamos destruyendo nuestro planeta, tome conciencia de que debemos poner atención a todo esto y cambiar las políticas de las grandes potencias que representan intereses económicos multinacionales, y son las que han arrasado con países enteros, manteniendo en la miseria otros tantos y no permitiendo su desarrollo; hasta que eso no cambie, la posibilidad de destrucción va a ser muy grande. Aún estamos en la prehistoria de la humanidad.

 

Políticas públicas de salud

 

LSA. El Artículo 49 de la Constitución Política de Colombia establece que “La atención de salud y el saneamiento básico son servicios públicos a cargo del Estado. Se garantiza a todas las personas el acceso a los servicios de promoción, protección y recuperación de la salud”. En contravía, la Ley 100 de 1993 mercantilizó, privatizó, volvió un vulgar negocio la necesidad humana de atención médica e introdujo en la salud un enfoque de aseguramiento e individual con énfasis en la enfermedad, descuidando los aspectos epidemiológicos, abandonando el enfoque preventivo, integral, social y público. Doctor Osorio, ¿con la Ley Marco aprobada en 2015, la Ley 1751, considera que se solucionan los problemas generados por la Ley 100?

EO. Creo que de hecho representa un avance en algunos aspectos: esta Ley reglamentaria aprobada en febrero de 2015, declara a la salud como un derecho fundamental y eso tiene una importancia trascendental porque compromete al Estado a velar por, no solamente el aspecto curativo como usted menciona, sino también la promoción, la prevención, la rehabilitación y el manejo de las secuelas de las enfermedades, o sea, en todas sus fases. Como Ley Estatutaria es un avance significativo. El otro aspecto positivo es que declara la autonomía del médico como algo fundamental, es decir, anteriormente teníamos que el médico decidía un tratamiento debidamente sustentado, pero de golpe la empresa prestadora de salud decía: “no, ese tratamiento no porque es muy costoso” y no lo autorizaba. Hoy día el médico tiene la autonomía y es la persona que decide; eso también es un avance importante con esta ley estatutaria. Desde luego, ahora falta la reglamentación y lo que esperamos es que esté acorde con el espíritu de la Ley Estatutaria. En las sociedades científicas estamos dispuestos a velar por que esto se cumpla adecuadamente.

 

LSA. En mayo de 2015, el Congreso aprobó el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2014-2018: “Todos por un nuevo país”. En el artículo 65 establece que el Ministerio de Salud y Protección Social, dentro del marco de la Ley Estatutaria 1751, definirá la política de protección integral en salud. La política debe integrar cuatro enfoques: i) atención primaria en salud, ii) salud familiar y comunitaria, iii) articulación de las actividades individuales y colectivas, iv) enfoque poblacional y diferencial, ¿cómo entiende ese concepto de integralidad?, ¿cree que pueda alcanzarse?

EO. Ese concepto de integralidad es el que trae la Ley Estatutaria, que es precisamente desde la prevención hasta la rehabilitación y el tratamiento a las secuelas que pueda dejar una enfermedad, entonces eso es un manejo integral en este país. Antes de la Ley 100, mal que bien, existía una coordinación entre el Ministerio de Salud, el Instituto Nacional de Salud y las Secretarías de Salud, en las políticas de prevención basadas en estudios epidemiológicos permanentes. Por infortunio, cuando llegó la Ley 100, eso se acabó, además se acabaron los hospitales universitarios públicos y eso representó un atraso, aunque aumentó la cobertura de aseguramiento en salud. Entonces, esta nueva norma, que ya es ley de la República, obliga a que tengamos nuevamente y de manera más integral, incluso respecto a lo que había antes de la Ley 100, un manejo integral del problema de salud; esperamos que el gobierno pueda diseñar las políticas para que la integralidad sea posible.

 

Ciencia y desarrollo

 

LSA. El PND 2014-2018, tiene como objetivo construir una Colombia en paz, equitativa y educada, en armonía con los propósitos del Gobierno Nacional, con las mejores prácticas y estándares internacionales, y por los objetivos de desarrollo sostenible, ¿considera viable ese propósito?

EO. Ese es un propósito muy lindo, muy bonito, pero tal como vemos las circunstancias actuales, por desgracia, soy pesimista que ese objetivo pueda cumplirse; tal como funcionan las cosas en este país, y tal como nuestros políticos actúan y como actuamos como sociedad, dudo mucho que eso podamos lograrlo de aquí a esa fecha, 2018 ¡eso es mañana!. Sin embargo, tengo la esperanza que la capacidad de soñar y la fuerza de voluntad que son intrínsecos al ser humano, nos permitirán superar los obstáculos que enfrentamos. 

 

 

** Entrevista realizada en la ciudad de Bogotá D. C. el día 16 de mayo de 2015

 

*Integrante del Consejo de redacción de Le Monde diplomatique, edición Colombia.

 

 

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