La pobreza, el desempleo, la corrupción, el nepotismo, la incompetencia de la clase política … Casi veinte años después del final de la guerra, el deseo de hacer frente a los desafíos comunes trasciende las divisiones de la comunidad. A principios de febrero, después de haber sido durante mucho tiempo silenciados por un sistema clientelista, los ciudadanos de Bosnia y Herzegovina han desatado su frustración. Ahora se enrutan hacia la democracia directa.